Nazas, Durango, Sede Provisional de la República en tiempos de Juárez
Por Sergio Rojas | Revista Nosotros Núm. 140 | Agosto de 2011
Nazas es un municipio privilegiado del desierto duranguense porque tiene agua todo el año, debido a que lo atraviesa el Río Nazas a partir del punto denominado como como Boca de León. Al río también se le conoce como el Padre Nazas y en la Comarca Lagunera sus habitantes lo llaman con respeto el Nilo Lagunero. Tiene su origen en la Sierra Madre Occidental con el nombre de Río Palomas, pasa cerca de Santiago Papasquiaro donde tiene el nombre de Río Santiago y, más adelante, recibe las aguas del Río Tepehuanes; posteriormente, en su cauce descargan sus aguas los ríos de Ramos y de El Oro.
Cambia su nombre hacia el oriente, poco antes de la presa El Palmito, donde ya adquiere el nombre de Río Nazas, y que de acuerdo con don Medardo Castro (qepd), el nombre se debe a que para pescar en sus aguas los indígenas usaban un artefacto tejido con varas de mimbre, ahuehuetge y raíces de mezquite, al que le asignaron el nombre de «nasa», que hasta la fecha todavía es utilizado en la pesca.
La cabecera municipal es precisamente la población de Nazas, ubicada al norte del estado de Durango, a mil 251 metros sobre el nivel del mar; pero también es un sitio con historia. En 1598 llegó a la región el jesuita fray Agustín de Espinoza, procedente del Real de Minas de San Antonio de Cuencamé, acompañado del capitán Antón Martín Zapata y un grupo de personas no menor de 20, la mayoría españoles y pocos indígenas convertidos, los que formaron la Misión de los Cinco Señores, asignándole este nombre en honor de San Joaquín, Santa Ana, José, María y Jesús.
Las tribus babosigarames y coahuilas asentadas en la región, se retiraron a las montañas en protesta por la presencia de gente desconocida y extraña, así como por la invasión de sus tierras.
Sin embargo, a pesar de ser una de las primeras poblaciones, junto con Mapimí, establecidas en el estado de Durango, Nazas ha visto transcurrir los años al margen del desarrollo económico que sí alcanzaron en menos de cien años ciudades como Torreón y Gómez Palacio (de la propia Comarca Lagunera de la que Nazas forma parte), distantes a unos 120 kilómetros. A Nazas pareciera que la historia lo atrapó.
Es una población de nostálgicas callecitas flanqueadas por añejas construcciones de grandes portones y muros de adobes que le dan identidad al lugar, rodeado de paisajes naturales característicos de Durango, conocido como la tierra del cine al menos hasta antes de la aparición de las tecnologías de edición digital y que ahora permite la fabricación de todo tipo de escenarios.
Sin embargo, la modernidad es la que ha alcanzado a Nazas y hace un par de años (2009) fue inaugurado un nuevo puente sobre el río para conectar con Santa Bárbara, lo que hizo posible tener una carretera asfaltada sobre el paseo tradicional de la Alameda del pueblo, un camino arbolado por donde comenzó a asomarse el progreso y transformó aquel paisaje bucólico que había permanecido prácticamente inalterable desde hacía décadas.
Poco después de abierto el nuevo puente llegó a la presidencia municipal un joven profesionista de 28 años de edad, Darío Medina Reyes, gracias al voto mayoritario de sus coterráneos y por su cariño y apego al terruño. Hijo de María del Carmen Reyes Deras y Darío Medina Franco, además de orgullosamente nieto de don Enrique Reyes, el «Charro».
A decir de Darío, un importante número de empresarios de Torreón trabajan para que en 2020 la ciudad esté a la altura de las mejores del país como destino turístico del norte de la República, lo que incluiría agregar más hoteles de cinco estrellas a los que ya funcionan, debido a que el proyecto es la construcción de un parque de diversiones tipo Walt Disney y la apertura de casinos.
«Entonces nosotros tenemos que hacer lo propio aquí en Nazas, como tratar un proyecto que involucre a la gente de Torreón. Tenemos que hacer un proyecto turístico para que de allá nos vengan a visitar, y no precisamente la gente que elija Torreón como destino turístico, sino la que vive en la ciudad y trabaja en los hoteles y casinos. Debemos prepararnos para brindarles una opción de descanso y esparcimiento. Eso tiene que ser Nazas para ellos», comentó el edil.
Entusiasmado con la idea de que finalmente el municipio de cerros, macizos y cañadas, como la Meseta del Baluarte, la Sierra del Rosario al oriente; el Cerro del Borrado al suroeste; la Sierrita, el Picacho de los Lobos o el Pichacho de Santa Clara, sin olvidar la llamativa configuración del Cerro del Fuste y el Picacho de San Agustín –en las estribaciones de la Sierra del Rosario–, pueda ser atractiva para el turismo de la Comarca Lagunera.
Darío quiere que Nazas compita por el turismo con Parras de la Fuente, Coahuila, con denominación de «Pueblo Mágico» por la Secretaría de Turismo y el imán que significa ser productor de los mejores vinos del país y del mundo.
«Estamos en proceso de elaborar proyectos de turismo para detonar la economía de Nazas. Obviamente, tenemos que rescatar nuestro Centro Histórico, fomentar la construcción de cabañas, arreglar nuestras calles, empedrarlas, proveernos de una infraestructura en cuanto a restaurantes y hoteles de primer nivel se refiere, para que la gente se pueda quedar aquí varios días», abundó.
Nazas, Sede Provisional de la República
Por el municipio de Nazas cruza el Camino Real de Tierra Adentro, ruta histórica de dos mil 560 kilómetros de longitud que unía a la Ciudad de México con la de Santa Fe, en Nuevo México, allá por los años de 1598 a 1882, y que luego de más de 400 años representa un testimonio de historia viva que pocos conocen. Ese camino fue por donde el 17 de septiembre de 1864 llegó a la entonces Villa de Cinco Señores el presidente Benito Juárez, cuando era perseguido por el ejército Conservador, hospedándose en la casa del coronel Silvano Flores, destacado liberal republicano, desde donde escribió cartas a su esposa Margarita Maza.
Desde la Villa de Cinco Señores, Juárez supo cómo el primer cuerpo del Ejército de Occidente, al mando de los generales José María Patoni y Jesús González Ortega, había sido abatido en un punto conocido como Cerro de Majoma, Hacienda de la Estanzuela*, municipio de Cuencamé, con lo que vio frustradas sus pretensiones de recuperar las plazas de Zacatecas y Durango.
En la Villa de Cinco Señores
En carta que don Benito Juárez envió desde la actual Nazas a don Matías Romero, que se encontraba en Nueva York, con fecha del 22 de septiembre de 1864, en uno de sus párrafos dice: «El día 2 de Septiembre llegamos a la Hacienda de Santa Rosa, perteneciente a este Estado (Durango) y allí formé el Primer Cuerpo del Ejército de Occidente, compuesto de la División que había yo organizado en Nuevo León al mando del General Alcalde, de la División de Zacatecas y de la División del General Patoni».
«Nombré de General en Jefe al Sr. González Ortega y de su segundo al General Patoni, y ordené que se abriese la campaña sobre Durango y Zacatecas. El día doce emprendió el Ejército su marcha y yo me pasé a esta Ciudad (de Nazas) que dista 60 leguas de la Capital de Durango».
«Hoy se encuentran nuestras fuerzas interpuestas entre Durango y Zacatecas y pronto ocuparán una de estas Capitales», concluyó su misiva Benito Juárez, cuando por su estancia en Villa de Cinco Señores de más de ocho días, a la espera de los resultados del Primer Cuerpo del Ejército de Occidente, esa población fue Sede Provisional de la República.
Posteriormente la Villa fue ocupada por el ejército francés y, poco después, en 1867, adoptó oficialmente el nombre de Nazas.
La apuesta por el turismo
El joven munícipe dijo que ya tuvo un acercamiento con el gobierno de Durango para concretar el proyecto de instalar cabañas en los pasajes arbolados de Nazas. Destacó que en materia de seguridad el municipio es el más seguro de la entidad. «Es muy común encontrarse a la gente haciendo deporte o corriendo por las noches en las calles, eso no lo puedes hacer en otros municipios», expresó.
Hace muchos años, donde terminaba la Alameda, un poco más allá del pintoresco estadio de beisbol por estar rodeado de álamos y fresnos, hubo un hermoso lugar conocido como La Veguita, por ahí pasaba un brazo del río y era el sitio ideal para darse un chapuzón. El fondo era arenoso, no había riesgo de toparse con un tronco o una piedra. Parecía un paisaje extraído de una obra pictórica, pero debido al descuido de la gente un día simplemente desapareció. Ahora Darío refirió que hace poco firmó un convenio con la dueña del paraje, Anita Velázquez, para que done al municipio La Veguita y así poder rehabilitarla. A cambio, el municipio se comprometió a bajarle recursos para un proyecto de cabañas que posteriormente se puedan rentar. Con el río a unos 500 metros de distancia, el siguiente paso sería organizar paseos a pie, en bicicleta o a caballo.
Paraíso de la nuez
A Nazas también se le conoce por ser el Paraíso de la Nuez pecanera (carya illinoensis), con importante volumen de producción anual. Aun cuando no se tiene registro de lo cosechado por productores, Darío Medina dice que ya están por iniciar la tercera etapa de la descascaradora de nuez, empresa local que abrirá alrededor de 200 empleos indirectos. Porque el objetivo es captar toda la nuez del municipio y al descascararla se le dará un valor agregado.
«Este año tenemos que conseguir el apoyo de 10 millones de pesos que faltan para que pueda funcionar y no tengamos que depender de los coyotes, de la gente de Chihuahua que llega y se lleva la nuez así en bruto, porque ellos son los que se hacen ricos y se llevan el dinero», expresó.
No tiene las cifras en la mano, pero aseguró que Nazas es, en el estado de Durango, el primero en producción de nuez. «Y a nivel nacional somos el segundo después de todo Chihuahua como estado. Sonora estaría en tercero», dijo.
Así las cosas, sólo falta esperar que luego de tantos años de omisión y olvido por autoridades indolentes, Nazas se encamine hacia el progreso. Falta ver si el joven presidente municipal logra concretar los proyectos que para su municipio tiene. ♦
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* La batalla del Cerro de Majoma fue el enfrentamiento entre los ejércitos francés y el Primer Cuerpo del Ejército de Occidente, tuvo lugar el 21 de septiembre, con desenlace infeliz para los republicanos. Esta batalla produjo infinidad de comentarios adversos, pues se mostraba ilógico que después de tres enfrentamientos en que los republicanos habían rechazado a los franceses, en el cuarto o último combate inexplicablemente cambiara todo a favor de los invasores.
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