Loa al maestro Othón Salazar Ramírez en el 99 aniversario de su natalicio
Por Manuel Garcés Jiménez*
La historia nos lleva de la mano cuando recordamos a los maestros que vivieron la era institucional durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho con Jaime Torres Bodet al frente de la Secretaría de Educación Pública (1940-1946), donde la educación cardenista aun prevalecía hasta el último reducto de nuestro territorio, prevaleciendo lo cívico, el amor a nuestra Patria, los valores de la familia, entre otros temas básicos para los niños, teniendo resonancias entre los profesores que se han empeñado en formar hombres útiles, aun viviendo bajo un régimen autoritario como lo fueron durante los sexenios de 1940 a 1964 colmado de represiones y ceses del trabajo magisterial.
Cabe recordar que después del cardenismo (1934 a 1940) el gobierno federal se dio a la tarea en detener la influencia socialista del cardenismo que establecía el artículo 3° de nuestra Carta Magna, aunado con la ideología del Partido Comunista Mexicano (PCM), dando origen al desplazamiento y encarcelamiento y represión de elementos conocidos por su liderazgo popular, como fue el caso de los maestros, quienes tuvieron una formación ideológica de la lucha de clases, dando continuidad al nacionalismo y sentimiento anti imperialista, que dio origen a la burocracia y el escalafonario que fueron ganando terreno poco a poco, lo que trajo como resultado que los conservadores calificaran y juzgaran a los profesores de liberales, inmodificables y de dóciles al comunismo
Entre 1920 y 1940 la mística del magisterio tenía un sentido de ser, el maestro misionero, sirviendo extraordinariamente a la integración de la nación y del Estado con un costo muy alto. Durante los gobiernos de Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruíz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, la mística educativa emanada del cardenismo ya les estorbaba para dar paso al fortalecimiento de la propiedad privada, por lo tanto, desaparece el apostolado del maestro y aparece el burócrata de la Federación a través del Sindicato de Trabajadores al Servicio de la Educación (SNTE).
Durante los sexenios de Adolfo Ruíz Cortines y Adolfo López Mateos los maestros ganaban cada vez menos, la burocracia los presionaba exigiendo su adhesión incondicional al grupo del «charrismo sindical». Durante estos años del priismo los maestros fueron considerados semi profesionistas, sin derechos políticos, ajenos al cumplimiento de las tareas electorales, sin opciones de transformación académica. Estos fueron los factores de la lucha de la Sección IX durante los años de 1956 a 1960, donde se libró el control del magisterio, el voto se promueve por quienes le digan, por esto y más el PRI se ha empeñado en hacer de los maestros su base persuasiva.

Maestro Othón Salazar Ramírez
Bajo este desolador panorama surge entre la base magisterial el maestro Othón Salazar Ramírez, dirigente natural del magisterio quien vino a este mundo el 17 de mayo de 1924 (hace 99 años), en una región enclavada en la sierra del estado de Guerrero, donde se encuentra la población de Alcozauca.
Descendiente de cuna humilde, que dadas las circunstancias económicas de la familia de niño, como alumno de primaria tuvo la visión por el amor a la lectura. Llega al cuarto año de primaria y logra ingresar a la escuela normal rural de Oaxtepec, tiempo después a la de Ayotzinapa, ambas en el estado de Guerrero, para concluir su profesión en la Escuela Nacional de Maestros en la Ciudad de México.
Sus padres campesinos, dedicados tanto al campo de temporal como a la panadería tradicional, fueron los señores Daniel Salazar Bazán e Higinia Ramírez; de su segundo matrimonio fueron tres hijos, siendo Ninel Salazar Bazán quien se ha dedicado a seguir los pasos del maestro en su labor política.
La fecha histórica del movimiento de maestros dio inicio en 1956 con el nacimiento del Movimiento Revolucionario del Magisterio, donde el maestro Othón Salazar aparece como líder a raíz del surgimiento del «charrismo sindical», a través del SNTE, surgido para estar en contra de los maestros democráticos que luchaban por su salario digno, ya que se comparaba con el año de 1956, cuando ganaban 14 por ciento menos que en 1939, en tanto que en marzo de 1958 la diferencia fue de más del 35 por ciento, razón suficiente para organizarse por la apatía del gobierno federal.
Su lucha (según Carlos Monsiváis) estaba basada en los siguientes puntos:
• Elevación del sueldo nominal a 1 200 pesos
• Sueldo móvil al ritmo del alza de los precios
• Jubilación a los 30 años de servicio sin límite de edad, con el último sueldo y extensión de los aumentos a los pensionados.
• Servicio médico extensivo a los familiares del maestro, con pago íntegro de medicinas.
• Escalafón que considere la antigüedad y méritos del maestro, elección democrática de las comisiones de escalafón.
• Pasajes de los maestros en general.

En interesante análisis de Carlos Monsiváis[1], «el normalismo, formación magisterial y compromiso político simultáneos, lo lleva a ingresar al Partido Comunista Mexicano, donde es dirigente del Club Estudiantil Normalista de la Juventud Comunista (1952-1953). En 1954 es elegido presidente del Comité de Huelga de la Escuela Normal Superior, y luego dirigente de la Sección IX del sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, entonces ya controlado por la burocracia rapaz».
La vida del maestro Othón Salazar fue azarosa, siempre en contra de la injusticia del magisterio, por lo que lo impulsaba los ideales, principios e ideología del Partido Comunista Mexicano, al qur ingresó como militante en 1944 teniendo como principio que los maestros son los instrumentos de la construcción y la reconstrucción del país, ideología que ya traía desde que estudió la primaria socialista con sus primeros maestros que le enseñaron el dominio de la lengua de Cervantes, la oratoria, la cual pone en práctica como estudiante en la Normal de Oaxtepec y más tarde en la de Ayotzinapa. Por lo tanto, tribuna que tomaba lo hacía sin temor alguno, de tal suerte que en una de tantas ocasiones, en un mitin el atril y su dominio de la oratoria fueron sus armas de convencimiento entre sus compañeros normalistas, quienes lo invitan a tomar la palabra, mismo que siendo líder y puesto en la tribuna se dirigió a sus compañeros:
—«¡Hasta aquí!, exclamé dirigiéndome a los ‘charros’. ¡Hasta aquí la suerte de los maestros estuvo en manos de ustedes; de aquí en adelante la suerte de los maestros, en manos de los maestros!»
Uno de los momentos culminantes fue la realización del Congreso de la Sección IX de Magisterio celebrada los días 6 y 10 de septiembre de 1956, logrando reunir a más de 12 mil maestros, en donde, prácticamente por unanimidad fue elegido Secretario General de la Sección IX magisterial; esto fue un duro golpe para el charrismo sindical, el cual no reconoció nombramientos y en su lugar el SNTE nombró una comisión coordinadora en la que Enrique Olivares Santana se encargaría de los asuntos de los maestros, personaje que obviamente llevaba la representatividad del gobierno federal.
El maestro, durante su liderazgo, sufrió serias amenazas en el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, cuando fue Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación con Gustavo Díaz Ordaz, quien por cierto en aquellos años se enteró que un 5 de septiembre de 1958 el maestro Othón realizaría una gran manifestación y, al otro día de la manifestación, fue aprehendido en su casa de la Ciudad de México, donde fue golpeada su mujer y su pequeño hijo, quien al paso de los años perdió la vista a causa de los golpes recibidos por la policía.
A la llegada de Adolfo López Mateos a la presidencia, éste dio la orden que lo dejaran en libertad; la orden no fue acatada pues los problemas se agudizaron con despidos masivos de maestros y el encarcelamiento de líderes opositores, así como la detención de otros líderes como Valentín Campa y Demetrio Vallejo, dirigentes del movimiento ferrocarrilero. El maestro estuvo preso por más de 10 años en el Palacio Negro de Lecumberri.
Durante el sexenio de Adolfo López Mateos se incrementa la brutalidad a cientos de profesores, médicos, ferrocarrileros, telegrafistas, petroleros y otros luchadores sociales, quienes fueron brutalmente reprimidos por el gobierno. Además, se cometieron asesinatos como el de Rubén Jaramillo y su familia, masacrados cerca de Xochicalco, además, la represión continúo en los regímenes siguientes con los maestros Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas.
En 1958 el Movimiento Revolucionario del Magisterio toma por 36 días el inmueble de la Secretaría de Educación Pública como medida de presión a las autoridades para la solución de sus demandas del 40 por ciento al salario, así como 87 días la Normal estuvo en manos de los Ohtonistas. Durante ese tiempo fueron a solidarizarse con los maestros varios personajes como Javier López «Chabelo», vestido como niño, así como unas monjas que le llevaron al maestro Othón un crucifijo como símbolo de protección a su persona.
Consideramos que el movimiento fue nacional, pero también muchos de los maestros fueron de las alcaldías de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, como de otras más. Citamos como ejemplo a los maestros integrantes del Consejo de la Crónica de Milpa Alta, al maestro Adán Caldiño Paz, de San Salvador Cuauhtenco, quien fue presidente de la Sociedad de alumnos de la Normal; al maestro Raymundo Flores Aguilar (padre de nuestro compañero cronista Raymundo Flores Melo), quién además de ser miembro activista del MRM, fue el Representante Comunal de los nueve pueblos comuneros de Milpa Alta. Al maestro Abelardo Jurado Jiménez, quien después de impartir clases asistía como estudiante a la Facultad de Economía de la UNAM, y quien fue integrante de la Comisión Representativa de la UNAM y del IPN en el MRM.
El maestro Abelardo Jurado comenta que durante la toma de las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública, durante el día se organizaban los maestros en brigadas para repartir volantes en mercados, centros educativos, plazas públicas y otros sitios donde se reunía la gente y se realizaban mítines a fin de que la población tuviera claridad del Movimiento Magisterial.
Uno de los logros obtenidos por el MRM fue la solidaridad y organización de los maestros logrando el aumento salarial del 19.5 por ciento y la creación de una Secundaria Anexa a la Normal, la cual aún existe.
Los resultados del Movimiento no fueron del todo satisfactorios ya que a partir del 21 de julio de 1960 el maestro Othón Salazar quedaba a «disposición» de la Dirección General de Educación Primaria en el DF, a donde debía presentarse «a recibir órdenes». En términos prácticos quedaba cesado del Magisterio, así como a cientos de maestros de varios estados del país. Por cierto, jamás se presentó donde lo citaban, a lo contrario comentaba: «Fue como si me hubieran picado la cresta».
Durante el Movimiento fueron los periódicos que constantemente los atacaban como el Excélsior, que el 9 de junio de 1960 publicó que «la agitación othonista es antijurídica e irracional, pues nada tienen que ver ni la SEP, ni los padres de familia». Otros titulares de los periódicos fueron francamente ofensivos, los acusaban de intentar «desquiciar al país», los calificaban de rojillos e, inclusive, hablaban acerca de que eran los seguidores de Othontuelo.
El día 4 de agosto de 1960 (estando como presidente Adolfo López Mateos), en la Ciudad de México fueron salvajemente atacados tanto los partidarios y seguidores del maestro Othón Salazar y más de diez mil maestros, estudiantes y padres de familia.
El escritor y analista Carlos Monsiváis se preguntaba sobre la situación que atravesaba del Movimiento Magisterial: «¿Con quién quieren dialogar los maestros? Con los gobiernos de Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López Mateos, con la Secretaría de Educación Pública, con la prensa (no con los medios electrónicos, que los ignoran) …en la escala jerárquica los reciben, y de muy mala gana, funcionarios menores, a lo largo del periodo de auge (1958-1960) apenas ven dos o tres veces al secretario de Educación Pública, la prensa los trata como ‘subversivos’ y apátridas y el SNTE quiere dividirlos, ‘alquilar conciencias’ lo que llaman cooptar, incorporar a los disidentes a otra opción».
El gobierno responde con ferocidad y las autoridades educativas con el desprecio evidente que verbaliza Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública del presidente Adolfo López Mateos. Se les acusa de ser «títeres de los soviéticos» o, ya desde 1959, de Fidel Castro Ruz (comandante de Cuba). La Guerra Fría encuentra en ellos uno de los blancos predilectos, no sólo desde el linchamiento verbal. Así por ejemplo, narra Hernández Navarro, en septiembre de 1958 la Policía Federal de Seguridad secuestra y tortura al maestro Othón en cárceles clandestinas. Su «desaparición» dura ochenta días.
La inquietud del maestro se vio reflejada en su lucha social al continuar como miembro activo en el Partido Comunista Mexicano (PCM), que por su cauda política lo convierte en su candidato a gobernador por su estado natal en 1980 y tiempo después presidente municipal de su tierra natal, Alcozuaca, postulado por el Partido Unificado de México (PSUM).
En el año de 1998 el maestro Othón renuncia al Partido de la Revolución Democrática (PRD), con el que se tenía esperanza de democracia participativa, al percatarse que sólo era simulación, presenta un texto de fidelidad al presidente de ese partido, Andrés Manuel López Obrador, en el que cita claramente: «mi formación es marxista-leninista y no encajaba en el ámbito político del PRD. No conozco mayor crimen que el que uno le dé las espaldas a sus ideas; prefiero quedarme silbando en la loma a dejar de luchar por mis ideales». Importante el contenido del escrito que se transcribe como tal:
México, D.F., 14 de octubre de 1998.
Estimados amigos:
Ingresé a las filas del Partido de la Revolución Democrática animado por las esperanzas de cambios democráticos profundos que el partido creaba para México. La decisión resulta que muchos de mis antiguos camaradas tomaban en ese sentido reafirmó en mí la convicción de que en efecto se marchaba hacia una verdadera revolución democrática. Nada hice por tomar en cuenta mi trayectoria de luchador comunista.
Han sido pocas las voces que he visto un movimiento político de masas del volumen tan alto como el levantado por el Partido poco a poco, sentí que la política perredista es alejada de mi pensamiento marxista, de mis ideales socialistas y de los planteamientos de fondo sin los cuales nada puede decirse del futuro revolucionario de la sociedad mexicana.
Es de grandísima importancia que el ejercicio del voto movilice voluntades ciudadanas y permita alcanzar triunfos electorales incluso impresionantes. Pero esos votos y esos triunfos han dejado intactas las causas que explican el régimen de explotación que vive México y, por consecuencia, dejan que el pueblo trabajador siga hundido en terrible empobrecimiento y no vea por parte alguna los caminos de su emancipación social. Espíritu electoralista, intereses personales y de grupo, vacío de identidad ideológica son, entre otros, rasgos dominantes en la vida actual del PRD cada día más, las diferencias políticas entre PRD y (ilegible) van reluciendo a cuestiones de forma.
Considero, pues, que son otros los caminos que correspondan a mis convicciones comunistas, y otras las formas organizativas y (ilegible) las que debo entregar mi entusiasmo revolucionario para ser congruente conmigo mismo.
En vista de estas consideraciones, me dirijo a ustedes con el mayor respeto para presentarles mi renuncia irrevocable a seguir siendo miembro activo del Partido bajo su dirección.
Atentamente.
Othón Salazar Ramírez
A la edad de 83 años cae muy enfermo en un hospital de Chilpancingo, Othón Salazar decide morir en su casa de Tlapa, Guerrero.
Actualmente, sobre su tumba aparecen durante el año dos banderas rojas que ondean con la hoz y el martillo, símbolo internacional del comunismo y la música de La Internacional.
Los habitantes de su pueblo natal lo mantienen en el recuerdo como «hijo distinguido», manifestándole su afecto y cariño con una placa que aparece en el Ayuntamiento Municipal de la tierra que lo vio nacer:
«El Ayuntamiento Municipal de Alcozauca de Guerrero, Gro., 2009-2012, otorga el presente reconocimiento como Hijo Distinguido de Alcozauca al C. Profesor Othón Salazar Ramírez. Diciembre 2009».
El próximo año, 2024, el maestro Othón Salazar Ramírez cumplirá un siglo de su fallecimiento, ojalá y las autoridades de la SEP no olviden a quien dio «una vida» inspirada en el bien de sus semejantes, los maestros. ♦
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* Presidente del Consejo de la Crónica
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Bibliografía:
Carlos Monsivaís. «Othón Salazar. ‘Una vida Inspirada’ en el bien de sus semejantes». Proceso, diciembre de 2008.
Ruiz del Castillo, Amparo. Othón Salazar y el Movimiento Revolucionario del Magisterio. Un lugar en la historia de México. MRM 1958-2008. Cincuenta años. Editorial: Plaza y Valdez. México, 2008.
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Agradecimiento:
A José Ezaget Bruno Hernández por el apoyo en fotografías y enlace con Ninel Salazar, hija del maestro Othón Salazar.
[1] Crónica publicada en la Revista Proceso el 14 de diciembre de 2008. Othón Salazar: «Una vida inspirada en el bien de sus semejantes».

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