El culto a los fieles difuntos

• La dedicación de este lugar a un santo cristiano se debe a la llegada de los primeros misioneros españoles que se asentaron en el Valle de Anáhuac, los agustinos en el año de 1533 y, en honor al apóstol San Andrés los religiosos dieron al lugar el nombre que aún conserva

Revista Nosotros, Núm. 9 | Octubre de 1997

La tradición continúa en Mixquic. Los pétalos de la flor de cempasúchil empiezan a desgajarse. Las velas volverán a encenderse en cada una de las tumbas del panteón, como cada año, para recibir a los que un día se fueron y no volvieron más…

Mixquic significa mezquital o en el mezquite. Es el único centro ribereño del valle de México que rompe con el modelo cronológico de la región. Carente de restos arcaicos como los teotihuacanos, la fundación de Mixquic se puede remontar hacia el período de 1160 a 1168, durante la época del postclásico que inaugura Culhuacán, correspondiente a los tiempos de la expansión de la primera fase de los aztecas.

Los pobladores de Mixquic estaban vinculados únicamente con los tolteca~chichimecas y mantuvieron cierto parentesco con los chalcas y los cuitlahuacas. Sin embargo, se constituyeron como un señorío independiente.

Durante el primer año de gobierno de Acamapichtli en Tenochtitlan (1376), comienzan las incursiones aztecas de conquista en el valle de México, a Xochimilco y Mixquic en 1378 y a Cuitláhuac en 1396. Se conoce de seis pueblos situados alrededor de la laguna, llamados Iztapalapa, Churubusco, Mexicaltzingo, Culhuacán, Cuitláhuac y Mixquic. Los textos chalcas registran un ataque mexica dirigido contra Cuitláhuac y Mixquic tuvo lugar unos treinta años más tarde, durante el gobierno de Iztcóatl, «serpiente de nubes».

Sometidos, los mixquicas rindieron tributos a los diversos tlatoanis de Tenochtitlan, convirtiéndose Mixquic en un centro ceremonial de importancia, donde la celebración principal era el sacrificio de prisioneros capturados en los alrededores de Xochimilco.

En 1519, después de que Cortés y su ejército estuvieron 17 días en Tlaxcala, se dirigieron a la Gran Tenochtitlan a encontrarse con Moctezuma. En ese peregrinar llegaron a Mixquic, donde el tlatoani del lugar, Chalcayaotzin, los recibió con obsequios.

La dedicación de este lugar a un santo cristiano se debe a la llegada de los primeros misioneros españoles que se asentaron en el Valle de Anáhuac. Quienes llegaron a Mixquic fueron los agustinos en el año de 1533 y, en honor al apóstol San Andrés, los religiosos dieron al lugar el nombre que aún conserva.

Con el paso del tiempo, al realizar excavaciones se han encontrado calaveras de piedra, que hasta hace poco tiempo adornaban algunas fachadas de las casas del lugar. Estas calaveras representaban las cabezas decapitadas de los prisioneros, las cuales eran colocadas en un altar denominado zompantli. Uno de los hallazgos arqueológicos realizados en la región es la diosa Mixquixtli, que actualmente se encuentra en la parroquia de San Andrés Apóstol en Mixquic. También se han encontrado piedras del juego de pelota, un Chac~mol, vasijas, sellos, unas columnas con figuras de Quetzalcoatl, vestigios del teocalli y una especie de calendario (que pudo haber sido utilizada como piedra de sacrificios) que fue vaciada y hoy en día es la pila bautismal de la parroquia. Se tiene conocimiento de que en 1519 Moctezuma consultó con los sabios de Mixquic si ya era tiempo que volviera Quetzalcoatl.

Mixquixtli fue la diosa de la vida y la muerte, probablemente una de las deidades más importantes del lugar, pues en honor a ella se realizaban cada 265 días sacrificios de prisioneros capturados en los alrededores de Xochimilco. La escultura que representa a esta deidad mide aproximadamente metro y medio de altura, está conformada por dos piedras, aunque quizá esto se deba a la decapitación que hacían los conquistadores y evangelizadores de los monolitos que representaban a los dioses prehispánicos.

Juego de pelota. Las piedras del juego de pelota son una evidencia más que tenemos para asegurar que Mixquic era un centro ceremonial importante para los mexicas. Dos de las cuatro piedras se encuentran actualmente en las ruinas del convento agustino y las restantes en el jardín interior de la parroquia de Tláhuac. El juego de pelota era un rito ceremonial, en el que los contendientes se preparaban para ser sacrificados en honor a la diosa Mixquixtli. A los sacrificados no se les consideraba como víctimas, debido a que era un gran honor el ser ofrendados a las deidades.

La presencia de la escultura del Chac~Mool permite suponer que los pobladores de Mixquic son de origen tolteca~chichimeca, ya que ésta es el mensajero de los dioses y se encuentra íntimamente ligada con el agua y la lluvia.

Por lo que corresponde al Zompantli, este consistía en un altar de calaveras, lo constituían las cabezas de los sacrificados atravesadas por varas. La representación de este altar estaba originalmente en el extremo noreste del actual cementerio, formado por numerosas piedras esculpidas con forma de calaveras. En la época en que fue construida la carretera Mixquic~Chalco el Zompantli fue demolido. Fueron habitantes del pueblo quienes se quedaron en posesión de piedras y debido a ello no se cuenta con el gran número de piezas que alguna vez lo completaron.

Ofrenda en el período prehispánico

Los pobladores de Mixquic enterraban a sus muertos en chinampas, a un lado de sus casas, donde se les ponían sus ofrendas, las cuales probablemente consistían en agua, sal, rajas de ocote y pescado fresco. La fecha en que se colocaba la ofrenda no era un día determinado, sino al momento en que la persona fallecía. En los primeros cuatro días después de enterrado, se le llevaban nuevas ofrendas, que es cuando se consideraba que el alma del difunto caminaba hacia el Mictlán, el mundo de los muertos; posteriormente, a los ochenta y ciento sesenta días, se les ofrendaba de nueva cuenta.

Como evidencia de la puesta de la ofrenda en este período, y a causa de la inexistencia de un cementerio formalmente constituido, tenemos restos encontrados, como algunas osamentas halladas que aparecen con los brazos abiertos, sujetando objetos con las manos, además de otros utensilios a su alrededor. Otras osamentas se encuentran en posición fetal. Todos estos restos demuestran que los antiguos pobladores de Mixquic eran sepultados en sus propias chinampas.

Ofrenda actual

La ofrenda que actualmente se coloca no es totalmente diferente de la prehispánica; en realidad, sólo se transformó, por lo que no podemos decir que sea una imposición de una nueva cultura arrancando la raíz prehispánica, sino que es el producto del mestizaje. Debido a la influencia cultural del nuevo continente se cambiaron los ídolos por las imágenes de los santos, el itacate por el pan y las rajas de ocote por las velas o ceras. ♦

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Fuente: Celebración del Culto a los Fieles Difuntos. Cuadernillo del Grupo Icnihuyotl. Impreso por la Delegación Tláhuac. México, 1992

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