La Comparsa Sociedad Benito Juárez del pueblo de Tlaltenco
Por José Daniel Castillo Mancilla
La comparsa del carnaval de mayor importancia en San Francisco Tlaltenco es la «Sociedad Benito Juárez». Cuenta con más de un siglo de historia, además de que fue la primera en ser fundada. Sus coloridos disfraces, espectaculares trajes de charro, hermosos vestidos de dama y la imponente belleza de sus reinas, son cosa de cada año. Su nombre se debe a que el natalicio del presidente Benito Juárez fue en marzo; de hecho, la comparsa pasea por las calles de Tlaltenco cada día 21, incluyendo el segundo y tercer fin de semana después del miércoles de ceniza. Sin embargo, ¿de dónde surgió la idea de un carnaval? ¿Cuál es el origen de los bailes y rituales que se festejan cada año?

Situación socio-económica en el pueblo
Tlaltenco fue usado como base militar durante la Revolución Mexicana, por lo que, al culminar la guerra, el estado del lugar quedó en situación deplorable.
«Cuenta mi bisabuela que todavía su papá recordaba la gente colgada, gente devastada por la revolución», detalla Adrián Chavarría, actual secretario de la comparsa.
La mayor parte de los habitantes migraron con el objetivo de buscar mejores oportunidades. Algunos partieron al cerro de Tláhuac, otros se dirigieron al centro de la Ciudad de México y varias personas se dirigieron al estado de Morelos. Una de las formas en las que los villanos ayudaban a sus familias era tocando de puerta en puerta con el propósito de vender canciones a cambio de dinero. El pago se efectuaba con múltiples objetos, desde oro y dinero; hasta petates, molcajetes y otras piezas importantes para ellos.

Surgimiento de la comparsa Sociedad Benito Juárez
Sin embargo, la mayoría de los que se fueron regresaron en 1920. Quienes volvieron de Morelos se habían aprendido el baile de los chinelos (danza propia del carnaval en aquel lugar) y a los que retornaron del centro se les enseñó el «baile de cuadrillas». Dicha coreografía se realizaba en las cortes de Maximiliano, aunque en el pueblo se hacía como una mofa a los europeos; esta es la razón por la que los charros portan una careta de pelo rubio y ojos azules.
Con todo el nuevo conocimiento cultural adquirido, se creó la Sociedad Mutualista Benito Juárez en 1920, conformada por alrededor de 80 músicos y bailarines. Es hasta 1929 cuando su nombre se transforma en Sociedad Benito Juárez y entonces nace el carnaval con una corte de honor integrada por princesas y reinas. La reina, al igual que las cuadrillas, es una parodia de las clases altas en Francia.

«Entonces sale nuestra primera reina de Carnaval en 1929, fue la señorita Acevedo que literal, no tuvo carro alegórico porque nada más la presentaron como una reina con sus princesas», explica Adrián Chavarría.
No se sabe con exactitud, pero los primeros carros alegóricos salieron entre 1932 y 1935, fueron construidos sobre plataformas de autobuses de redilas, los cuales eran desmontados para montar los elementos decorativos. Los primeros carros fueron ensamblados por los fundadores de la comparsa y tuvieron nombres como «El amor chiquito» (cuyo dueño fue Jesús «Don Chucho» Trejo) o «El Centauro», apodos que venían rotulados en los parabrisas de los camiones. Los primeros integrantes de la mesa directiva fueron los señores Agapito Mancilla, Damián Mancilla y Camilo Castañeda, en los cargos de presidente, secretario y tesorero, respectivamente.

El papel de las mujeres en la Sociedad Benito Juárez
Actualmente no se puede pensar el Carnaval de Tlaltenco sin la participación de mujeres; sin embargo, en el pasado su papel fue muy poco. Los charros trataron de copiar las costumbres del estado de Morelos, ahí donde los varones son los únicos que danzan. No obstante, por la necesidad de pareja en el baile de cuadrillas, la situación cambió, porque la labor de la mujer era acompañar a los charros en estos bailes, además de integrar la corte de honor. Ellas iban sentadas en un camión detrás de las reinas, portando vestidos brillantes de gamuza y lentejuelas.
«Su única función era, después de dos días de que iban sentadas, el lunes en la noche bailar en las cuadrillas y, obviamente, una reina y unas princesas, como tal», describe Adrián.
Las féminas comenzaron a «brincar» (entrada léxica usada por los hablantes como sinónimo de bailar, su principal diferencia radica en que el movimiento está acompañado de un ligero salto) cuando en una búsqueda de renovación, ellas propusieron acompañar a los hombres. Aunque al principio ellos se negaron, terminaron aceptando la petición. Ahora es difícil ver un charro o una dama en solitario; pero hay excepciones, la mayoría de veces es porque hay un mayor número de alguno de los dos géneros.

Grupos musicales
Ahora los bailes se realizan en un terreno rentado de dos mil a tres mil metros cuadrados; pero los primeros conjuntos tocaban en el atrio de la iglesia, ese espacio rondaba los 40 metros cuadrados. Las bandas de Tlaltenco fueron las precursoras, los músicos estudiaron en conservatorios y se hacían famosos tocando en el carnaval. Con el paso del tiempo y el dinero que se recaudaba de los socios, invitaron a otros artistas. Algunos de los grupos más famosos fueron la Sonora Santanera, Banda el Recodito, Celia Cruz y La Tumba Hombres.
«La Tumba Hombres era una artista en sus inicios, en esos años se llenó el baile por ella, y la gente decía, ‘es que no va a llegar’, y otros respondían, ‘sí, claro que sí va a venir’. Estamos hablando de los cuarenta o cincuenta», refiere con emoción Adrián.

La Sociedad Benito Juárez como ícono de la Ciudad de México
En el año 2000 fueron invitados a un concurso de comparsas en el Zócalo capitalino, obtuvieron el segundo lugar a nivel nacional, apenas superados por el carnaval de Mazatlán, Sinaloa, pero fueron el primer lugar a nivel estatal. Después no se ha realizado la competencia en 23 años de lo que va del nuevo milenio, por lo que aún se mantiene vigente el título que ostentan con orgullo.
El día 2 de febrero de 2024, en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, fue publicada la declaratoria oficial de los carnavales como Patrimonio Cultural Inmaterial de la capital del país.
Y es que los carnavales son la esencia e identidad de los tlaltenquenses, quienes los celebran con alegría y emoción, como un nuevo comienzo de la primavera y una identidad que, esperan, prevalezca durante muchas generaciones. ♦
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Material fotográfico del archivo personal de Adrián Chavarría, actual secretario de la Comparsa Sociedad Benito Juárez. Primo hermano de la reina de 2024, Daniela primera, y bisnieto de Agapito Mancilla, fundador de dicha Sociedad.
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Fotografía superior: Facebook, Comparsa Sociedad Benito Juárez 2015

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