Un recorrido por el Bosque de Chapultepec, del Preclásico a nuestros días

• El libro de María de Lourdes López brinda antecedentes históricos, su conformación en el siglo XVI, los resultados de excavaciones arqueológicas y aspectos astronómicos

El parque urbano más antiguo del continente americano es tema del libro Reconstruyendo el pasado de Chapultepec, de María de Lourdes López Camacho, en cuyas páginas ofrece un viaje que se remonta a la prehistoria, con la formación del cono volcánico conocido como Cerro de Chapultepec.

Escultura de Tlaloc. Al fondo los supuestos baños de Moctezuma. Fotografía Mauricio Marat | INAH

Publicado por el INAH, a partir de algunos datos de historia, arqueología y astronomía, en 220 páginas brinda un recorrido por la primera, segunda y tercera sección del bosque, deteniéndose en diversos asentamientos humanos, del periodo Preclásico (2000 a.C.~200 d.C.) a nuestros días.

Quien también es directora del proyecto arqueológico Bosque, Cerro y Castillo de Chapultepec, partió de considerar el origen de esa elevación, un cono volcánico que inició su formación hace 23 millones de años, en el Terciario Superior, y terminó hace 5 millones de años, aproximadamente.

Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec. Fotografía Mauricio Marat | INAH

«Es uno de los volcanes más antiguos, previos a que la Formación Chichinauhtzin cerrara la cuenca, hace cerca de 700,000 años, ya en el Cuaternario. Fue entonces, al no tener salida el agua, que se formó una serie de lagos; a la orilla de uno de ellos, quedó Chapultepec», explica López Camacho, al tiempo que invita a imaginar ese paisaje pretérito, todo fuego y agua.

Los grupos sedentarios de la cuenca aprovecharon esa elevación por su ubicación y características orográficas para la observación solar; por ende, para registrar y medir el tiempo, estableciendo un calendario en que tenían lugar diversas festividades religiosas.

Castillo de Chapultepec. Fotografía Mauricio Marat | INAH

«Cada uno estableció su discurso y su historia. Por ejemplo, en su narrativa oficial, los mexicas afirmaban ser los primeros pobladores de la elevación de Chapultepec, cuando las evidencias arqueológicas demuestran que el área fue habitada por los primeros grupos de la cuenca, al menos, 2,000 años antes del presente», aseguró la investigadora del INAH.

Desde ese periodo, el Preclásico, y en las ocupaciones teotihuacana, tolteca y mexica, que se sucedieron en el Clásico, Epiclásico y Posclásico (siglos V al XVI d.C.); en los tres siglos del virreinato y en el México independiente, Chapultepec siempre fungió como punto estratégico de campañas militares.

Para reconstruir el pasado de Chapultepec, la arqueóloga López Camacho aborda la zona a partir del Posclásico (900-1521 d.C.) y acude a distintas fuentes históricas como son códices, para hablar de las deidades prehispánicas, Tláloc, Huitzilopochtli y Cihuatetéotl, entre otras, que fueron objeto de culto en el lugar.

La investigadora María de Lourdes López Camacho (al igual que en la fotografía de portada). Fotografía Mauricio Marat | INAH

Además, alude a elementos constructivos del siglo XVI y posteriores: contenedores, escaleras, caminos, petrograbados y cuevas, apuntando nombres originales y actuales, como es el caso de la Alberca de los Espinosa, que suministraba agua al balneario de aguas curativas «Baños de Chapultepec», que sería confundido al paso del tiempo con los baños del tlatoani mexica, Moctezuma Xocoyotzin.

En las páginas del libro también se hace la relatoría de piezas arqueológicas, como la Estela de Chapultepec, incensarios y esculturas, como el Chapulín de riolita, de las que se consigna su origen.

Por otra parte, ofrece un recorrido por los descubrimientos acaecidos en Chapultepec, de 2009 a 2022: la localización de terrazas prehispánicas en las laderas del cerro y de las orillas del lago; restos de megafauna en la construcción de una subestación eléctrica; un asentamiento de origen tolteca en el Parque «Winston Churchill» y un entierro teotihuacano en el Parque La Hormiga.

Baños de Chapultepec, que sería confundido al paso del tiempo con los baños del tlatoani mexica Moctezuma. Fotografía Mauricio Marat | INAH

A su vez, el libro da a conocer algunos hallazgos en la segunda sección: un caserío teotihuacano de casi una hectárea, entierros en el parque de diversiones La Feria (Parque «Urbano Aztlán») y vestigios de la Fábrica Nacional de Cartuchos del Ejército Mexicano.

Finalmente, toma como punto de observación el Cerro de Chapultepec para exponer datos astronómicos referentes a los solsticios y equinoccios, que evidencian la relación de esta formación con sitios arqueológicos ubicados en el volcán Iztaccíhuatl, Monte Tláloc y los cerros Las Palmas y Las Palomas, entre otros. ♦

Portada del libro publicado por el INAH

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