Fiesta del tambor y del elote transmite identidad a niños huicholes

• Los menores participan en un viaje imaginario al lugar sagrado de los peyoteros en las ceremonias más importantes para esta cultura, debido a que se basan esencialmente en la temporada de lluvias

Cómo a partir de una ceremonia agrícola los huicholes rinden culto a sus dioses y transmiten a los niños su cosmogonía y creencias ancestrales, es el tema del documental Volar como pájaros, realizado en Guadalupe Ocotlán, Nayarit, por la antropóloga Marina Anguiano y Octavio Hernández, a partir de las «Fiestas del tambor y del elote» que muestran cómo es el proceso de enseñanza a sus hijos para convertirse en huicholes.

A decir de Anguiano, se trata de un rito de paso o de tránsito donde los niños participan de un viaje imaginario al lugar sagrado de los peyoteros o denominado en lengua huichol wirikuta.

«En la fiesta del tambor o de los primeros frutos –explicó–, el rito es guiado por el mara’kame, quien es el sacerdote, curandero y cantador de la comunidad; a partir del canto del tambor el viaje comienza y los niños con el uso de las sonajas representan el vuelo de las aves.

»En este contexto preparan una ofrenda donde colocan el atado de cinco elotes que representan al dios del maíz, así el maíz tierno y la calabaza nueva serán purificados como alimento sagrado, también colocan un nierika que lleva amarrado un cordón con bolitas de algodón que representa a cada niño que participa de esta fiesta.

»Aquí a los más pequeñitos el chamán los bautiza otorgándoles un nombre en huichol, mientras los que tengan cinco años se convierten en águilas», hecho que a decir de Anguiano, es el momento en que los padres agradecen a los dioses que sus hijos estén sanos.

Ya de regreso al plano real, llega el momento de compartir la ofrenda entre grandes y chicos de la que todos comen, brindando con tecuani preparado anteriormente, continúan la fiesta cantando y bailando toda noche.

A la mañana siguiente continúa la fiesta del elote o Tatei Neira, que consiste en la bendición del elote y la calabaza que consagrados, el mar’akame utiliza para bendecir uno por uno a todos los participantes y quitarles sus enfermedades, finalmente el sacerdote agradece la conclusión de la fiesta.

Marina Anguiano comentó que estas fiestas dedicadas al tambor y al elote son las ceremonias más importantes para la cultura huichola, ya que se basan esencialmente en la temporada de lluvias, y es con las que inicia la fiesta de los primeros frutos.

Del mismo modo, indicó que para los huicholes el número cinco es significativo, pues en esta región existen elotes y venados de cinco colores, e igualmente son representados en el nierika los cuatro puntos cardinales y el centro.

Esta ceremonia busca en sí agradecer a los dioses por los alimentos y festeja que los niños vivan más de cinco años, en tanto ayudan a complementar el conocimiento de sus raíces que los identifican como etnia huichola, concluyó Anguiano.

El documental fue producido en colaboración con la Dirección de Medios de Comunicación y la Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH, y presentado en junio de 2006 en el ciclo «El hombre y lo sagrado». ♦

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