Válido intervención de chamanes en alteraciones de tipo mental o psíquico
A diferencia de países como Francia y, en cierta medida, los Estados Unidos, donde las prácticas tradicionales de algunos grupos culturales para el tratamiento de lo que se consideran alteraciones mentales, han sido reconocidas por la medicina institucional, en México falta un largo camino por recorrer en ese sentido, a pesar del uso de este tipo de técnicas por parte de comunidades indígenas y otros sectores sociales.
En opinión del doctor Francisco de la Peña Martínez, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), parte de esta tarea está relacionada con el desarrollo de la etnopsiquiatría en nuestro territorio, un campo poco explorado hasta ahora, que se aboca a comprender las dinámicas que producen las diferencias culturales y sus efectos en el plano psíquico, mental y afectivo.
El avance de este campo en Francia (cuyo pionero en la Posguerra fue el antropólogo y psicoanalista Georges Devereux), ha llevado a que las instituciones médicas de esa nación presten un tratamiento psiquiátrico de acuerdo a las pautas culturales de sus pacientes, en consideración de la numerosa población migrante proveniente del norte de África.
Coordinador del segundo encuentro de etnopsicoanálisis y etnopsiquiatría, explicó que de esa manera si se presenta un sujeto de origen árabe con un cuadro sintomático que desde el punto de vista de la psiquiatría podría ser considerado una fobia o una neurosis de angustia, y se le brinda medicamento o un tratamiento psicoanalítico, el cual no funciona en ese paciente en particular, éste es canalizado a otro «dispositivo».
«En lugar de atender a la persona en función de esa perspectiva –señaló–, su cuidado queda a cargo de un curandero que puede diagnosticar la posesión del individuo por un espíritu ancestral o genio. Así el sujeto que resultaba impermeable al tratamiento basado en los principios de la psiquiatría occidental, resulta tratable en función de los manejados por la psiquiatría tradicional árabe.
»En México eso todavía no alcanza un nivel institucional, con investigadores y clínicos especializados. Eso implicaría la recuperación y valoración de las técnicas tradicionales de cura, además de trabajar hombro a hombro con curanderos de origen tarahumara o zapoteco, o un chamán huichol (individuos que poseen un saber que funciona en ciertos contextos), en el mismo centro de salud mental».
Especialista en Antropología Social y Etnología por la Escuela de Altos Estudios en París, Francia, dijo que la etnopsiquiatría intenta entender, a su vez, cómo varían los cuadros de clasificación de las enfermedades según las culturas y las épocas, así como las teorías que dan cuenta de sus causas.
También el cambio de tratamientos y técnicas terapéuticas y los distintos perfiles de los especialistas en la atención de enfermedades mentales, que van del médico formado en una instancia universitaria, al chamán, brujo, hechicero o adivino; figuras múltiples que operan con diversas técnicas, recursos y procedimientos. Todo ello, sin contar el estudio de los nombres asignados a los propios padecimientos.
«La etnopsiquiatría ha permitido sensibilizar acerca de la validez de los variados recursos de los que se valen diferentes culturas –sobre todo las denominadas populares o tradicionales–, para hacer frente a las alteraciones de tipo mental o psíquico, porque han demostrado la eficacia de las mismas en el contexto en que operan.
»Se ha logrado una valoración de estas técnicas que con anterioridad eran descalificadas, rechazadas o despreciadas, en nombre de la medicina científica. El modelo psiquiátrico occidental es sólo uno más, una opción sobre la cual se puede caminar o desechar de acuerdo a otras alternativas.
»Lo anterior, ocasionó que la etnopsiquiatría contribuyera a la recuperación de muchos procedimientos ancestrales como el exorcismo, la limpia y el rezo, que durante siglos fueron vistos como producto de un seudo-conocimiento o de la superstición», abundó.
En el encuentro de etnopsicoanálisis y etnopsiquiatría fueron abordados temas como los de antropología, psicoanálisis y crítica cultural; cultura, violencia y criminalidad; antropología del cuerpo y las emociones; religión y psicopatología, género, psicopatología y cultura, y prácticas y dispositivos etnopsiquiátricos.
De la Peña Martínez comentó que este enfoque es muy reciente en México, razón por la que antropólogos, sicólogos, psicoanalistas y psiquiatras, presentaron diversas ponencias relacionadas con los discursos de la violencia desde distintos enfoques, el imaginario colectivo y narcisismo en los feminicidios de Ciudad Juárez, el impacto emocional de las diabetes, el cuerpo del alcohólico, la causalidad de la locura entre los nahuas prehispánicos, la menopausia: elaboración social o realidad biológica, y crítica a la crítica al modelo neuropsicológico del trance-éxtasis-chamanismo. ♦
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Septiembre 23 de 2005

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