Nahualac, vestigio prehispánico asociado al culto de deidades del agua
Para conminar a la población al cuidado y preservación del sitio arqueológico Nahualac, ubicado en la ladera oeste del volcán Iztaccíhuatl, fue colocada una cédula introductoria en dicho lugar vinculado al culto al agua, en tiempos prehispánicos.
Nahualac se compone de dos áreas: la principal, donde se ubicó la cédula por parte del INAH, la cual consta de un estanque estacional, ubicado a 3,890 metros sobre el nivel del mar, que contiene un tetzacualco (adoratorio), que al estar anegado la mayor parte del año no ha sido excavado, por lo que se desconoce su temporalidad y filiación étnica. Sin embargo, a decir de la investigadora Iris del Rocío Hernández Bautista, los datos arqueológicos indican que pudo estar relacionado con los grupos chalcas: Tlalmanalco, Amecameca, Xico y Chalco.

La segunda área descansa al sureste del estanque, en un valle de manantiales, donde se han encontrado ofrendas y otros materiales, cuya mayoría pertenece al periodo Posclásico Temprano (750-1200 d.C.).
La señalética, colocada el 24 de septiembre de 2024, contiene un mapa, una ilustración que representa una escena hipotética del culto en el sitio, así como la interpretación arqueológica, resultado de varios años de investigación, resaltó la investigadora de la Subdirección de Arqueología Subacuática del organismo federal.
Aunado al objetivo de promover el cuidado del tetzacualco y sus alrededores, Hernández Bautista señaló que se busca informar al público acerca de la importancia ecológica de este humedal, y crear conciencia en torno al patrimonio cultural.

«Debido al saqueo del valle de manantiales, más de 90 por ciento del material arqueológico, recuperado de las excavaciones, está dañado o roto, por lo que se trabaja para unir los fragmentos y determinar el tipo de pasta cerámica que compone cada objeto, para después realizar un estudio comparativo con material cerámico de la región.
»Y aunque este templo no es un sitio arqueológico abierto al público de manera oficial, recibe la visita de muchas personas, lo que pone en riesgo la integridad de los vestigios, por lo que esperan que la cédula introductoria contribuya a que quienes llegan al lugar respeten las normativas establecidas para su preservación, como evitar fogatas y campamentos en la zona; no subirse al templo o a los montículos de rocas que lo rodean, ni mover las piedras de la estructura; no raspar los troncos de los árboles; no dejar basura, no excavar, no contaminar el agua, no ingresar al sitio en vehículo y no realizar grafitis en las rocas.
»Al tratarse de un lugar agreste y de difícil acceso, no es posible custodiar el sitio arqueológico de manera permanente; sin embargo, especialistas del INAH lo monitorean periódicamente», indicó.
Con relación al simbolismo en torno al templo, Hernández Bautista dijo que se piensa que fue un sitio de culto acuático relacionado con personas especialistas en rituales, denominados nahuales, en Chalco.
«Tal vez fue una representación, a escala reducida, de un tiempo-espacio mítico, el inicio o la creación de la Tierra o del mundo. Otra propuesta es que sea una maqueta ritual del lago de Chalco y la isla de Xico».

Nahualac debe interpretarse a través de su paisaje, porque es un sitio con una carga simbólica amplia por la presencia de ofrendas, asociadas a las deidades telúricas y acuáticas, como Tláloc, dios de la lluvia, o Toci, Chicomecóatl, Chalchiuhtlicue y Tlazoltéotl, diosas femeninas de la fertilidad, el maíz, el agua y la tierra.
La iniciativa de la cédula y la investigación han tenido el apoyo de las comunidades de Tlalmanalco y Amecameca, así como de las autoridades municipales y del Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl; de la Policía de Alta Montaña de la Secretaría de Seguridad del Estado de México y el equipo de Rescate Agreste; de investigadores del INAH, de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, y de estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, así como del servicio de guías de montañas, Coyotes 4×4 y la Asociación Sacromonte Chalchiumomozco AC.
Cabe destacar que para la elaboración de la cédula se tuvo apoyo de la Dirección de Operación de Sitios (DOS) del INAH, encabezada por la arqueóloga Vania Carrillo Bosch, como área técnica en materia de cedulario y señalética institucionales, en coordinación con la Subdirección de Infraestructura y Señalización. El mobiliario se elaboró en el taller de señalización de la DOS. ♦

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