La Virgen de Guadalupe, referente de la identidad nacional de los mexicanos
Revista Nosotros, Núm. 99 | Diciembre de 2006
Las imágenes de la Virgen de Guadalupe son una constante en todos los espacios de la sociedad mexicana. En carteles, murales, nichos, estampas y canciones, el pueblo mexicano ha dado testimonio de la fidelidad que profesa a su Madre, protectora de la familia, del trabajo y la salud. Sin embargo, las manifestaciones de tal culto se han ido modificando en el contexto de las sociedades contemporáneas, adquiriendo las más variadas formas.

A decir del antropólogo social Rolando González, han sido diversas las apropiaciones que del culto a la Guadalupana han hecho religiones tan distintas como el New Wave; sus usos esotéricos en ritos de carácter mesoamericano o en la propia santería. Sin embargo, afirmó que la presencia de la imagen no ha disminuido sino que se incrementa hasta los lugares más laicos.

«No hay una cárcel en México –dijo– en donde no esté presente; no hay una terminal de autobuses que no tenga una advocación a la Madre. Incluso, el propio INAH tiene su peregrinación anual a la basílica, o la ENAH que celebra una misa a la imagen de la virgen».

Afirmó que si bien la aparición de los nuevos cultos de fin de milenio no han disminuido la intensidad del fervor por la Virgen de Guadalupe, tampoco lo han hecho los propios cultos católicos como el de San Judas Tadeo, a quien se recurre ante la petición de causas imposibles, y que es considerado el Santo Patrono de los policías.

Para el maestro Rolando González es interesante observar el reconocimiento que la Virgen de Guadalupe tiene en el contexto de otras creencias, y que ha permitido la convivencia de cultos, según muestran los estudios desde la antropología.

«En tiempos protestantes, sobre todo evangelistas, que se han construido en lugares donde no hay templos católicos, estos han pedido permiso para colocar su imagen de La Morena; aunque también se da la contraparte, es decir, católicos que participan activamente en la reconstrucción de templos protestantes mediante la tradición mexicana de la kermés», explicó.

La Virgen del Tepeyac ha sido también un importante referente en la construcción de la identidad nacional y en el afianzamiento del Estado mexicano. Y es que, puntualizó, su imagen jugó un papel de suma importancia durante el siglo XVII, momento en que se buscaban las raíces de lo nacional. «El gran mito fundador de los nuevos hispanos es la Virgen de Guadalupe», afirmó.

Pero en el contexto de un mundo cada vez más globalizado y de múltiples contactos culturales, la advocación de la Guadalupana es reconocida en latitudes tan distintas como Sudamérica, África o Asia, en un proceso de internacionalización que comenzó a propagarse con los jesuitas, quienes «la llevaron a todas partes».

«En la actualidad, por ejemplo –abundó–, hay una congregación que se llama Misioneros de Guadalupe y que tienen misiones en Corea del Sur, en donde se le rinde un culto muy importante. Entonces ves en la ciudad de Los Angeles a coreanos junto con africanos y mexicanos celebrando a la Virgen.

»De ahí que en el extranjero el mexicano encuentra su identidad en muchas tradiciones; pero sin duda alguna, la Virgen es la más importante, ya que construye un elemento de identidad nacional.

»E incluso, al interior del estado mexicano es asumida por todas las clases sociales. Entonces, la ves en las marchas de los zapatistas, o de los indios chiapanecos no zapatistas; o a veces aparece representada en un paliacate como está en el mural de la ENAH, o conoces a ex comunistas que se declaran ateos, pero creyentes de la Guadalupana».

Es importante recordar, dijo, que Miguel Hidalgo utilizó su efigie en el estandarte con el que comenzó la guerra de Independencia, relegando a la Virgen de Dolores. Incluso en los templos dedicados a las vírgenes de la Soledad en Oaxaca, o la de Zapopan y San Juan de los Lagos, en Jalisco, la Guadalupana tiene un lugar central.

Rolando González también habló del uso comercial que la imagen tiene. Recordó que incluso el nombre de la Virgen de Guadalupe ha sido patentado por un ciudadano chino; pero recordó que fenómenos de este tipo ya se presentan desde la Nueva España, al momento en que se dio un litigio para saber quién tenía el derecho a recibir las limosnas del templo.

Finalmente, consideró que a pesar del creciente desencanto que se percibe ante la religión en la época contemporánea, México seguirá fiel; basta observar, dijo, cómo «pululan y se reproducen como hongos en todo el país los altares con múltiples advocaciones a la Guadalupana».

«El catolicismo mexicano no es de que voy a misa todos los domingos; pero eso sí, los bautizos no los perdonamos, ni el 12 de diciembre, ni la Navidad, ni la Semana Santa. Se trata de la conformación de la nueva identidad del siglo XXI en México, y en la que la Virgen de Guadalupe sin duda forma parte importante», concluyó. ♦
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