El impacto social que genera el culto guadalupano rebasa fronteras
El culto a la Virgen de Guadalupe durante la Colonia fue la expresión más creativa de la identidad Novohispana. En torno a ella se logró reunir a los más diversos grupos sociales, como fueron los españoles, las castas, los criollos y los negros, todos ellos se proclamaban sus hijos. Las diferencias sociales de fortuna también eran libradas en torno a esta unión católica que brindó hermandad.
Es conocida por todos los mexicanos como «Madre de Dios», «Reina de México» y «Emperatriz de América», señaló el antropólogo Rolando González, quien comentó que estas formas de referirse a la Virgen de Guadalupe «implican no sólo que la mayoría de los mexicanos la reconocemos como madre, sino que además hemos crecido en torno a ella».

A decir del investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el organismo se ha dado a la tarea de estudiar el impacto social que genera esa imagen, y «como institución laica se interesa en compartir sus puntos de vista con los creyentes».
«Nuestro objetivo no es entrar en debate con los dogmas, sino estudiar el hecho social, es decir, por qué los mexicanos nos hemos identificado con la Guadalupana; por qué hay un proceso social tan complejo y rico que rebasa las fronteras y a la propia Iglesia Católica, ya que es venerada por otros cultos como los musulmanes en la Ciudad de México y los protestantes en los Estados Unidos».

De acuerdo con Rolando González, entre los elementos constitucionales que proclamó el general Ignacio López Rayón, presidente de la Suprema Junta Local Americana durante la Guerra de Independencia en 1811, está el que se la consideraba como la protectora de los insurgentes.
Por su parte, el general Morelos, en el punto 19 de los Sentimientos de la Nación, señaló que en la Constitución se estableciera por ley la celebración del 12 de diciembre como «el día dedicado a Nuestra Patrona de la Libertad, María Santísima de Guadalupe», y el cura Hidalgo la tomó como el estandarte de la Independencia de México.
Sin embargo, el 11 de agosto de 1859, en el decreto de gobierno que declaró los días festivos relacionados con funciones de la iglesia para efectos de cierres de tribunales, oficinas y comercios, se mencionaron el 31 de diciembre, el jueves y viernes de la Semana Mayor, el Día de la Raza, el primero de mayo, el 16 de septiembre y los días 12 y 24 de diciembre. Finalmente se reconoció el 12 de diciembre como el día dedicado a la Virgen de Guadalupe.

En opinión de monseñor Diego Monroy Ponce, «si se destruyera esta imagen y culto se destruiría a México».
«El ayate de San Juan Diego, donde quedó estampada nuestra niña Guadalupe, es el acta de nacimiento de México», apuntó el vicario general Episcopal, quien celebró la realización de congresos como el dedicado a estudiar el culto a la Virgen de Guadalupe, porque brinda la oportunidad de ir más allá de corrientes ideológicas y conocer lo que significa ser guadalupano, porque, concluyó, «por sobre todas las cosas somos guadalupanos». ♦

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