Abigael Bohórquez, el poeta liberal inmortalizado en Milpa Alta

• A mediados de 1970 Bohórquez reside en Milpa Alta disfrutando de sus paisajes, cerros, montañas, su arte colonial, la amabilidad de su gente, su gastronomía y la actividad en el campo agrícola

Por Manuel Garcés Jiménez*

A su llegada a Milpa Alta, Abigael Bohórquez fue un desconocido. ¿Quién iba a pensar que por su actividad literaria en esta alcaldía su nombre quedaría grabado para la eternidad el 28 de noviembre del 2024 con el nombre del auditorio del Faro de San Gerónimo Miacatlán? En solemne develación, la placa lleva el nombre el auditorio del inmueble descubierta por Gerardo Bustamante Bermúdez[1], Arturo Lorca[2], Flor Chavira Chavira y Juana Reyes, estas últimas organizadoras del homenaje.

Abigael Bohórquez

Fue hijo natural de doña Sofía Bojórquez García. Al respecto, solía decir el poeta:«Mi madre me parió frente a todos a palos», en «un pueblo lleno de saliva»; comentaba que por aquello de las habladurías, creció rodeado de mujeres, pero a la vez muy solitario. De pequeño encontró en los libros de la poesía el mundo desconocido y soñado que llenó de savia imaginación donde cultivó su espíritu hasta el final de sus días en su tierra natal.

Comentan sus biógrafos que desde la edad de 14 años manifestó su doble vocación de poeta y dramaturgo, a los 20 años publica por cuenta propia su primeros versos: Ensayos poéticos, sus dramas y sainetes con sus compañeros estudiantes de la ANDA; ofreciendo su primera lectura de poesía en su tierra natal. Al mismo tiempo, triunfa en el concurso El Libro Sonorense,con sus trabajos de Poesía I Teatro, donde obtiene la medalla de oro en los Primeros Juegos Nacionales con motivo del Primer Centenario de la Invasión Filibustera Norteamericana de 1857 a Caborca. Comienza a publicar en las más importantes revistas universitarias y periódicos de su estado natal, ofrece en las principales ciudades de su entidad federativa las primeras lecturas públicas de su poesía, aclamadas por sus coterráneos.

Es redactor en diversos diarios sonorenses y conductor de programas de la radio, coordinador de cafés literarios, secretario en el departamento de difusión del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), dirige un grupo de teatro experimental y publica una revista mimeografiada de poesía y teatro, entre otras actividades literarias.

Miguel Ángel Alamo Exlamno, Arturo Lorca , Gerardo Bustamante, Moisés y Juana Reyes organizadora del evento y exalumna

En la Ciudad de México colabora con asiduidad en los principales diarios  acumulando más de 15 premios nacionales de poesía, dirige el Departamento de literatura  del Organismo de Promoción Internacional de cultura (OPIC).

Su etapa más auspiciosa, durante la cual publica sus obras de poesía y teatro, dirige un grupo de poesía coral y teatro con el que ofrece recitales por todo el país.

¿Cómo fue que llegó a Milpa Alta? A mediados de 1970 Bohórquez reside en Milpa Alta disfrutando de sus paisajes, cerros, montañas, su arte colonial, la amabilidad de su gente, su gastronomía, la actividad en el campo agrícola, entre otras muchas actividades que fueron admiradas y valoradas por el poeta sonorense, llegando a editar en 1975 su libro Memoria en la Alta Milpa, que lo llevó a ser finalista en el Premio de Poesía Aguascalientes a quién le ofrecieron publicarlo.

La soledad de algunas noches, Bohórquez es acompañado de una botella de licor elogiando a Baco.«Una noche, como otras tantas noches botella en mano, lo asaltó la soledad por todo lo vivido y derramado, por la asunción de la nueva etapa en Milpa Alta (…) El silencio de su casa, Bohorquez calibra los ruidos de la noche, los escucha pacientemente y los dibuja con su lápiz. Las campanadas de la iglesia de la Asunción y la música del reloj de un edificio público son los huéspedes involuntarios que acompañan al poeta en su impiedad nocturna (…) En “Milpa Alta’s Bluese” asoman por la ventana abierta del poema sus esplendideces lingüísticas en la conjunción de jitanjáforas, neologismos, silogismos»[3].

Se comenta que fue Griselda Álvarez quien le consigue a Bohórquez un empleo en el Instituto Mexicano del Seguro Social en Chalco, estado de México, pero al conocer Milpa Alta se enamora de ella, rentando casa donde le da por sembrar nopales y verduras, reencontrándose con sus orígenes en la zona rural del antiguo Señorío Momoxca.

En Milpa Alta  funda un nuevo grupo de poesía coral y teatro sin abandonar  el trabajo literario. A los 10 años de su estancia en Milpa Alta da el primer paso con la poesía a: «Heredad».

Los primeros meses fueron de aciago, los amigos fueron llegando poco a poco a través de las clases que impartía a docenas de niños, era un privilegio tenerlo como maestro por el respeto a la lectura y de su exigencia, irónico y comprensivo, poseía una inquietante penetración de la gente y el alma.

Narra el libro Las amarras terrestres, que la mayor parte de sus primeras manifestaciones poéticas son el espejo de su cercana realidad, es cierto, pero en su expresión se adivina ya el poeta tocado por la gracia, como dice Octavio Paz; Bohórquez vivió una vida «a toda madre», generosa e intensa.       

Sin que fuera un filólogo de profesión, es un enorme poeta formando grupos de teatro y un coro de poesía en Milpa Alta, donde pasó algunos años de su vida, pero por cuestiones de trabajo se traslada en 1976 a Chalco, estado de México, donde continúa con su mismo ritmo literario. Fue en esta tierra donde queda sepultada su señora madre, Sofía Bojórquez al pie de los volcanes.  

Antes de conocer Milpa Alta, en la década de los años 60 llega a radicar a la Ciudad de México, publicando sus trabajos en el periódico de Novedades como: «Llanto por la muerte de un perro».

Fue la época que quedó registrada en la historia con hechos significativos en manifestaciones sociales de discriminación y de desigualdad social, como la guerra de Vietnam, la tiranía y militarización en Latino América, el apartheid en África, la juventud rebelde en Francia, la Revolución Cultural China con Mao Tze Tung, la invasión de Checoslovaquia y el apartheid en África; el movimiento de la juventud rebelde en Francia, el Movimiento Estudiantil de 1968 en nuestro país, la Revolución Cubana que marcó un hito estremeciendo a los Estados Unidos, sólo por citar algunas de tantos hechos.

En esta década escribe Acta de confirmación, así como el poema «Del oficio de madre», considerado como uno de los más provocadores y sediciosos de que se tenga memoria, entre otros. 

En la «Carta abierta a Langston Hughes» dirigida al poeta norteamericano, demuestra su ingratitud al racismo que hizo donde prevalecían los agravios en contra los negros denunciados ante los más elementales derechos humanos. Es aquí donde Bohórquez  recuerda como los negros han servido de carne de cañón y tratados como seres humanos de segunda o de tercera clase social.

En nuestro país, Bohórquez no dejó desapercibida la artera muerte del líder campesino Rubén Jaramillo, suscitado en la época de Adolfo López Mateos, por lo le dedica: «Canción de amor y muerte por Rubén Jaramillo», el hijo terrenal del general Emiliano Zapata; es, quizá, esta poesía la menos aceptada por los lectores conservadores[4].

Murió a  los 58 años, tiempo después le fue publicado un libro póstumo, Las amarras terrestres. Antología poética (1957-1995), que revela a un gran poeta, tal vez alejado de las preocupaciones centrales de su tiempo. Una persona obsesionada con dos temas: el primerio es, precisamente, el paso anhelado con una pasión malsana, con una insistencia digna de mejor causa. En su muerte unívoca, que esperaba con gozo inocente, da cuenta que fue un amante de la palabra y de la expresión humana. 

Al año siguiente de su deceso, el 25 de mayo amigos, seguidores y alumnos le rindieron un homenaje póstumo en el foro Calmecac con réplica de sus poesías, sobresaliendo: «Memoria en la Alta Milpa». ♦

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* Presidente del Consejo de la Crónica de Milpa Alta.

Bibliografía:

Bohórquez Abigael. Acta de confirmación. Editorial Colección Ecuador O° O’ O’’. México, 20 de octubre de 1966.

Bohórquez Abigael. Memoria en la Alta Milpa. Febrero, Colección Palabra Viva, 22 de diciembre de 1975.

Bohórquez Abigael. Las amarras terrestres. Antología poética (1957-1995). Universidad Autónoma de México, México, 2000.

Bustamante, Bermúdez Gerardo. Abigael Bohórquez. Correspondencia. Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México, 2024.


[1] Gerardo Bustamante Bermúdez  es doctor en Letras y maestro en Letras Mexicanas por la UNAM, y licenciado en Letras Hispánicas por la UAM; autor del libro Abigael Bohórquez, Correspondencia, México, 2024.

[2] Amigo personal de Abigael Bohórquez, por varios años productor en la televisión comercial.

[3] Las amarras terrestres. Antología poética (1957-1995), pág. 35.

[4] Rubén Jaramillo, nació en el poblado de Real de Zacualpan de Sultepec, estado de México. Cuando apenas contaba con dos años de edad sus padres emigraron a Tlaquiltenango, Morelos. La revolución zapatista fue la escuela de Rubén Jaramillo, en ella conoció los ideales campesinos expresados en el Plan de Ayala, a los que ya no renunciaría jamás. Fue acribillado a balazos el 23 de mayo de 1962 en las cercanías de Xochicalco, estado de Morelos durante el gobierno de Adolfo López Mateos.

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