La Navidad alrededor del mundo. Nutrida variedad de actividades
Por José Daniel Castillo Mancilla
La Navidad es una celebración que ha llegado a distintas partes del mundo, pero varían enormemente las actividades que se realizan según el lugar. Aunque hay elementos comunes, como reunirse con familiares y amigos, intercambiar regalos y disfrutar de comidas especiales, cada cultura imprime su propia identidad en estas fechas.
En Filipinas, la Navidad no es sólo una temporada, es casi una mitad del año. Desde septiembre hasta enero, los villancicos llenan el aire y las calles se iluminan con decoraciones festivas. Uno de los eventos más emblemáticos es el Festival de Farolillos Gigantes, celebrado en diciembre en San Fernando, Pampanga, conocida como la «Capital de la Navidad». En este evento, los faroles de bambú y papel de seda compiten por ser los más hermosos.
En el hemisferio sur, la Navidad coincide con el verano, lo que crea escenarios muy diferentes a los típicos paisajes nevados. En Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, las celebraciones tienen lugar en playas y parques, con barbacoas y eventos al aire libre. En Australia, por ejemplo, las decoraciones navideñas incluyen motivos marinos como estrellas de mar y cangrejos. Mientras tanto, en Nueva Zelanda, las familias organizan conciertos y comidas al aire libre.
En Japón, donde sólo el 2% de la población es cristiana, la Navidad ha adoptado un toque peculiar: el pollo frito del Kentucky Fried Chicken. Desde los años 70, una exitosa campaña publicitaria popularizó esta tradición, que se ha mantenido hasta hoy. En esta época, es habitual ver largas filas en los restaurantes de la cadena, mientras las familias disfrutan de cenas compuestas por pollo frito, ensaladas y otros platos.
En el centro de Europa, la Navidad tiene un lado oscuro con la figura de Krampus, un demonio que castiga a los niños desobedientes. Durante la noche del 5 de diciembre, conocida como Krampusnacht, desfiles de personas disfrazadas de este personaje recorren las calles, asustando a los pequeños. La tradición de origen pagano contrasta con la figura de San Nicolás, un ser benevolente que recompensa a los niños buenos con regalos y dulces.
En Polonia, la cena de Nochebuena es un evento solemne y significativo. Se sirven doce platos en honor a los apóstoles, y no se consume carne. Además, se deja un lugar vacío en la mesa para acoger a quien no tenga dónde pasar la noche. Este gesto de hospitalidad refleja el proverbio polaco «Un huésped en casa, Dios en casa».
En Irlanda, la tradición navideña incluye un toque especial para Papá Noel: el Christmas Pudding with Irish Whiskey Sauce, un postre elaborado con frutos secos, nueces, especias y licor. Los niños dejan este dulce junto a un vaso de whisky como muestra de bienvenida.
En Grecia, la Navidad tiene una conexión única con el mar. En lugar de árboles decorados, los barcos pesqueros se adornan con luces, creando un espectáculo nocturno en los puertos de las islas. Además, el 1 de enero se celebra el Día de San Basilio, en el que los niños reciben regalos en sus zapatos y se comparte la Vasilopita, un pastel con una moneda escondida que presagia buena suerte a quien la encuentre.
En Guatemala, la Navidad comienza con la Quema del Diablo el 7 de diciembre. Este ritual consiste en encender fogatas y quemar muñecos en forma de diablo como símbolo de purificación y eliminación de energías negativas. La tradición data de la época colonial y es un evento emblemático que marca el inicio de las celebraciones navideñas en el país.
En Finlandia, durante la Nochebuena, es común ir al cementerio para recordar a los seres queridos y, posteriormente, pasar un momento relajante en las saunas. Además, el 13 de diciembre se celebra el Día de Santa Lucía, en el que jóvenes vestidas de blanco con coronas de velas ofrecen bollos y vino caliente a sus familias. ♦

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