La Navidad: paganismo y evolución. Adoptada por culturas y credos
Por José Daniel Castillo Mancilla
La Navidad, celebrada el 25 de diciembre, es una festividad que ha evolucionado desde sus raíces religiosas hasta convertirse en un evento cultural universal. Aunque su origen se encuentra en la conmemoración cristiana del nacimiento de Jesucristo, narrado en los Evangelios de Mateo y Lucas, esta celebración trasciende las creencias religiosas. Es así que se convirtió en una fecha adoptada por diversas culturas y credos.
La importancia de esta tradición como época de reunión familiar y festividad ha eclipsado en muchos casos su trasfondo espiritual. No obstante, la fecha exacta del nacimiento de Jesús no está especificada en los textos bíblicos. Fue el emperador Constantino, el primer gobernante romano en legalizar el cristianismo, quien estableció el 25 de diciembre como la fecha oficial de esta celebración.
Esta decisión no fue arbitraria, sino que buscaba integrar el cristianismo en una sociedad que ya celebraba festividades vinculadas al solsticio de invierno, como las Saturnales romanas y el culto al Sol Invictus. Dichas fiestas paganas, profundamente arraigadas en la cultura romana, servían como un puente para la aceptación del cristianismo. Durante las Saturnales, dedicadas al dios Saturno (Zeus en la mitología griega), se suspendían las labores agrícolas, y las jerarquías sociales se invertían temporalmente. Era un período de intercambio de regalos, banquetes y alegría generalizada, costumbres que de alguna manera se integraron en la tradición navideña.
El culto al Sol Invictus también desempeñó un papel crucial. Este festival, que celebraba el renacimiento del sol tras el solsticio de invierno, compartía elementos simbólicos con el nacimiento de Cristo como la luz del mundo. La figura del Sol Invictus fue tan significativa que Constantino la incorporó en monedas y decretó los domingos como días de descanso en su honor, antes de que estas prácticas fueran absorbidas y reinterpretadas por el cristianismo.
En términos etimológicos el término «Navidad» se origina en el latín nativitas (genitivo nativitatis) y deriva del verbo latino nascor (nacer), y ésta se origina del término indoeuropeo genh.
En idiomas de procedencia latina como el portugués, italiano, catalán y gallego, la etimología sigue un camino similar. No obstante, en estos casos se vincula específicamente con la expresión diem natalem Christi (día del nacimiento de Cristo), de la cual derivan formas como Natal en portugués, Natale en italiano y Nadal en catalán y gallego.
Por otra parte, el origen del vocablo francés «Noël» es ligeramente diferente. Este término, que ya aparece documentado en el siglo XII como «Noelen» en escritos del monje anglonormando Philippe de Thaon, también se registra como «Nael» en la obra Le voyage de saint Brendan (1120). Su raíz, aunque igualmente latina, proviene de natalis («de nacimiento»), que en combinación con dies dio lugar a natalis dies, es decir, «día del nacimiento».
En griego, aunque las formas escritas parecen más complejas, el origen es compartido. La palabra Χριστούγεννα (Christoúgenna) resulta de la combinación de Χριστός (Christos) y γέννα (genna), este último vinculado al término griego antiguo γένεσις (génesis), que significa «origen» o «nacimiento».
En alemán, por ejemplo, la palabra Weihnachten significa «Noche sagrada», subrayando la solemnidad de la celebración. Por su parte, en inglés, Christmas deriva de la antigua expresión Crīstes mæsse o «Misa de Cristo». La globalización de la cultura y el idioma inglés ha extendido términos como Christmas a otras lenguas, especialmente en contextos no occidentales. En hindi, por ejemplo, se escribe क्रिसमस (krismas), mientras que en japonés se pronuncia クリスマス (kurismasu). Estas adaptaciones muestran cómo la Navidad ha trascendido barreras lingüísticas y culturales, adoptando formas que resuenan con las particularidades de cada región. ♦
_____
Fotografía superior: Adoración de los Pastores. Mathias Stomer (1635-40)

Deja un comentario