‘Volver a los diecisiete’… Una alegoría de la adolescencia de Violeta Parra
Por Efrén Camacho Campos
Es indudable que el tiempo que le dedicamos a estar con uno mismo – con la edad esta situación es cada más recurrente–, nos proporciona el placer íntimo, no solamente de practicar soliloquios dentro de nuestras mentes, sino más bien traer a colación los mejores recuerdos de nuestras vidas, como un ejercicio de repasar lo que se hizo bien y, obviamente, lo que hicimos mal, provocando en más de una ocasión, el dibujar pequeñas sonrisas en nuestros rostros, tal vez, deseando volver a revivir las experiencias pasadas y por qué no, tener la oportunidad de haberlas hecho de otra manera. Como señala una de las icónicas canciones de Chicago, esa gran banda estadounidense: everybody needs a little time away (todos necesitamos un poco de tiempo para estar solos).
Ciertamente, palabra que popularizara cierto personaje botudo, estos momentos de alejamiento han dado pie a los más hermosos poemas, novelas y canciones, que al leerlas y escucharlas nos sentimos identificados con las situaciones que se plantean, porque de alguna manera se describen y denuncian cuestiones que nos atañen a todos, son denuncias justificadas por la búsqueda de un mundo mejor, donde todos seamos completamente libres.
La vida va y a través de ella, coleccionamos –hasta donde la memoria lo permite–, los mejores recuerdos de nuestras vivencias. El título de esta colaboración es en realidad un homenaje a una artista chilena, quien terminó con su vida, según análisis profundos debido a «la falta de reconocimiento profesional, una vida personal accidentada y una salud mental inestable se combinaron para culminar en su trágico suicidio»1, lo cual puede pensarse como algo paradójico, después de haber escrito, a mi parecer, el más grande homenaje que se pudo dedicar a la vida misma, me refiero a Gracias a la vida.
En mi caso tuve mis primeros contactos con los llamados folcloristas, con los cantantes de protesta, así como de la nueva canción, en la década de los 70. Escuché por primera vez a Violeta del Carmen Parra Sandoval(4 de octubre de 1917~5 de febrero de 1967), interpretando Gracias a la vida; posteriormente, al acercarme un poco más a su obra, descubrí Volver a los diecisiete, en una grabación antiquísima, de mala calidad, que no me permitió disfrutar este espléndido poema en toda su magnificencia. No fue hasta que hace poco la escuché nuevamente en una versión con el maestro Serrat, que pude gozarla y, sin ninguna pretensión, me propuse analizarla y escribir algo al respecto.
Consulté, como marcan los cánones, la plataforma de Google, donde se señalaque Volver a los diecisiete «es una alegoría de la adolescencia, etapa en la que estamos ávidos de conocimiento, de aventuras y, sobre todo, para descubrir el amor». Ya lo dice en su canción de manera poética: «El amor es torbellino / de pureza original / hasta el feroz animal / susurra su dulce trino». Y que de manera metafórica señala que «Se va enredando, enredando / como en el muro la hiedra / y va brotando, brotando / como el musguito en la piedra / Como el musguito en la piedra / ay sí sí sí…»
Asimismo, se menciona que «se atribuye el deceso de Violeta a un suicidio en la Carpa de La Reina, un lugar en Santiago de Chile donde realizaba sus exposiciones. El 5 de febrero de 1967, su cuerpo fue encontrado sin vida, sólo con su guitarra al lado. La preponderante hipótesis es que su decisión «fue influenciada por una combinación de problemas de salud, dificultades financieras y desamor».
Así que, apreciables seguidores de la Revista Nosotros, démonos una oportunidad, en esos instantes que estamos solos, para recordar la bella etapa de la adolescencia, seguramente dibujando una pequeña sonrisa, al traer nuevamente la imagen de los amigos y de los primeros amores, preguntándonos qué será de ellos, deseando se encuentren bien. Ese es el sentido de retrotraernos algunas veces. ¡Hasta la próxima colaboración! ♦
Revista Nosotros 
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