Recuperan el único mural de Philip Guston en México, obra contra el facismo

• Fue realizado en 1935 por el pintor de origen canadiense, junto con Reuben Kadish, y se intervino in situ en el Museo Regional Michoacano, «Dr. Nicolás León»

Como una incomprendida expresión de denuncia, la obra La lucha contra la guerra y el fascismo, elaborada por Philip Guston (1913-1980), junto con Reuben Kadish (1913-1992), padeció tres décadas de ocultamiento al poco tiempo de su creación y, después, los embates del tiempo.

La intervención de la obra fue ejecutada por ambos exponentes de la Escuela de Nueva York en una de las paredes del edificio sede del Museo Regional Michoacano (MRM), «Dr. Nicolás León Calderón».

La Secretaría de Cultura federal, a través de la representación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Michoacán, y la Fundación Philip Guston recuperaron el que representa el único mural del artista canadiense en México.

Para el director del MRM, Jaime Reyes Monroy, se trató de una oportunidad única para «sacar a la luz » no solo un mural que, desafortunadamente, solía pasar desapercibido por su ubicación, en el segundo patio del museo, sino la vida y obra de Philip Guston, un artista del expresionismo abstracto.

El historiador refiere que David Alfaro Siqueiros recomendó a Guston y Kadish, ambos de origen judío, para la realización del mural, y su patrocinio corrió a cargo del entonces rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Gustavo Corona Figueroa. «Es probable que Guston haya creado y solucionado plásticamente la obra, pues Kadish era fundamentalmente escultor, por lo que se piensa participó como ayudante».

Entre agosto de 1934 y enero de 1935, sobre 100 metros cuadrados de muro, dieron vida a una elocuente y desgarradora escena, en un contexto mundial que afrontaba el ascenso del comunismo, el fascismo y el nazismo en Europa, mientras en Estados Unidos algunos grupos promovían el racismo radical.

Phillip Guston, Reuben Kadish y Jules Lagsner. | Fotografía: Phillip Guston Foundation.

«Conocido también como La lucha contra la guerra y el terror, fue criticado porque, de alguna manera, al igual que Hombre y máquina (1934), que Grace Greenwood pintó en este mismo edificio, rompió con las escenas costumbristas retratadas en el muralismo de Michoacán. La gente de aquí le empezó a nombrarle ‘La Inquisición’ porque, erróneamente, asociaron sus imágenes a esta institución virreinal», comentó Reyes Monroy.

Philip Guston, nacido en Quebec, Canadá, en el seno de una familia de inmigrantes ucranianos, logró una composición potente, dividida en dos niveles verticales. Dos figuras unen el nivel de arriba con el de abajo: se trata de verdugos vestidos de blanco y encapuchados, a la usanza del Ku Klux Klan; el resto, lo ocupan cuerpos desnudos en escorzo con las manos atadas a la espalda, castigados y vejados por el peso de la superstición y la represión.

La protesta y la crítica generadas entre el sector conservador moreliano provocó que la obra fuera cubierta en 1940. El recinto museístico recibió en «compensación» la obra virreinal. El traslado de las monjas dominicas a su nuevo convento de Valladolid. El mural volvería a ver la luz hasta 1975, pero dado que Guston ejecutó la técnica al fresco con premura y no necesariamente con los mejores materiales, ello incidió en el deterioro de la capa pictórica.

Los artistas con funcionarios de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entre ellos el rector Gustavo Corona Figueroa. | Fotografía: Phillip Guston Foundation.

«En distintos momentos tuvo trabajos de conservación-restauración, pero de menor envergadura, de ahí que este proyecto representa la primera intervención integral que pone en valor la magna obra. Hemos partido con una base documental que tuvo a bien compartirnos la Fundación Philip Guston, con sede en Nueva York, la cual aportó el equivalente a un millón 700 mil pesos para la ejecución de esta iniciativa», refirió el titular del MRM.

El programa de intervención directa de La lucha contra la guerra y el fascismo estuvo a cargo del Centro Nacional de Conservación y Registro de Patrimonio Artístico Mueble, cuyas tareas de consolidación del muro y de reintegración cromática están a cargo del restaurador del Taller de Pintura Mural, David Oviedo Jiménez, con apoyo de tres técnicos. ♦

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