La lengua náhuatl vive y pervive a través del tiempo, dice cronista de Milpa Alta

• Participación del profesor Manuel Garcés Jiménez en el Tercer Foro Cultural Náhuatl, celebrado en Santa Ana Tlacotenco, Alcaldía Milpa Alta

Por Manuel Garcés Jiménez*

Agradezco la invitación al 3er Foro Cultural Náhuatl, Tlacotenco 2025, lugar donde está arraigada la lengua ancestral trasmitida a las actuales generaciones.

Con afecto y cariño a la memoria a don Carlos López Ávila (Tamaxco), a los maestros Librado Silva Galeana, Inocente Morales Baranda (Teuhtli), entre otros; Tierra donde los investigadores Joaquín Galarza y el doctor Miguel León Portilla conversaron con la gente de Tlacotenco para enriquecer sus conocimientos lingüísticos.  

Hablar de nuestra cultura, se refiere más bien a las formas particulares en que los habitantes de un lugar determinado le dan un significado ancestral de un pasado mágico-religioso, tanto de su entorno como a lo que hacen en él por salvaguardarlo. Es por esto que hacer cultura es un acto histórico-humano que se realiza todos los días, desde la existencia del hombre.

La identidad de un grupo social se debe necesariamente a la cultura donde se teje, se mantiene en la vida cotidiana en su quehacer diario, articulado directamente con el entorno, es decir, a la manera como se organiza, se nombra, se da forma al espacio donde habita, así como con el modo en que se inserta la vida a través de los calendarios rituales que marcan el tiempo de trabajo y los momentos del día en lo que cada actividad está ordenada. Es por ello que tiempo y espacio son elementos centrales de nuestra cultura y de la reproducción de la identidad de los grupos sociales.

Asistentes al tercer Foro Cultural Náhuatl, Tlacotenco 2025. | Fotografía: Manuel Garcés

Así, la cultura es producto de un largo proceso histórico. Para nosotros los milpaltenses y como mexicanos tenemos como un cimiento bien engarzado desde el México prehispánico, donde a pesar de la llegada de los españoles cuando se fue transformando a partir del siglo XVI, aún disfrutamos, lo que vemos, vivimos y sentimos, tal es el caso de nuestra lengua ancestral, herencia de nuestros antepasados.

En ese sentido, los habitantes del sur de la Ciudad de México, reproducimos cultura cada día, casi siempre sin darnos cuenta. Pero hay momentos especiales (como el de hoy en Tlacotenco), en que estas acciones culturales adquieren un sentido más amplio, manifestándose en encuentros, narración de leyendas y fiestas patronales y regionales. En todo ese proceso, los habitantes de Milpa Alta juegan el papel de ser productores y reproductores de cultura.

La riqueza de nuestros antepasados, sus vivencias, sabiduría, su conocimiento; las creaciones del náhuatl viven y perviven, unen e identifican a los provenientes del Señorío de Malacachtepec Momoxco. Es lo que debemos preservar para las futuras generaciones de mexicanos, esto es, nuestra responsabilidad de valorar, hacer conciencia y transmitirlo a los hijos y nietos, para que nunca olviden nuestro origen.

Nuestra lengua original es la rama del conocimiento, estudia y describe los nombres en náhuatl de los lugares a partir del análisis idiomático de las partes que la forman: prefijos, infijos, raíz y posposiciones locativas que reciben el nombre de topónimos, con el que se mencionan a los pueblos, ciudades, montañas, ríos, lagos, barrios y parajes.

Los nahuas, aztecas, tezcocanos, xochimilcas, cholultecas, chalcas, tlahuicas y tlaxcaltecas, fueron gente de diversas actividades agrícolas; algunos en  chinampas o en terrazas construidas en el dificultoso suelo de los cerros. Fueron los altepetl, primeros asentamientos del Valle de Anáhuac, herederos de muchas de las ideas, tradiciones basadas en la cosmovisión.

Dentro de las manifestaciones culturales, entre quienes resaltaron nuestra lengua original sobresalen los poetas, filósofos, tlacuilos, temachtiani y tlamatinime. Recordamos a Tlacaelel, creador de la forma de vida que llegó a ser característico de los mexicas. Tecayehuatzin quien conoció el origen de la flor y el canto, símbolos para descubrir las raíces del hombre de su tiempo. Otro fue Aquiauhtzin, sabio y poeta de Ayapango, dador del arte y del símbolo en un sentido distinto para él, las flores y los cantos fueron la forma de invocar al «supremo dador de la vida». No olvidamos a Chichicuepon, poeta y dirigente defensor del pueblo chalca.

Nezahualcóyotl, dirigente, poeta y sabio de Texcoco, observador de los astros, investigador de la naturaleza, religioso de la cosmovisión como dador de la vida.

La lengua del náhuatl que la disfrutaron, aún pervive en el sureste de nuestra ciudad capital, siendo Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta donde permanece activa, como en apellidos, siendo Tulyehualco donde es común escuchar los de Atlaco, Chimalpopoca, Chimalli, Molotla, Memetla, Texocotitla, Texcalpa, Xalpa, Xolalpa y Xala.

Profesor Manuel Garcés y mujer participante en el Foro. | Fotografía: Cortesía de Manuel Garcés

En nombres hacen remembranza a nuestros ancestros: Atzin, Cuahutémoc, Cuitlahuac, Ixcatzin, Izcoatl, Tizoc, Tonathiu, Tonantzin, Moctezuma, Netzahualcoyotl, Yoloxochitl, Yolotl, Xochitl, Xochipilli, Xochitzin y Ehécatl.

Relato

En el siguiente relato se van entretejiendo el vocabulario ancestral con el contemporáneo característico de los habitantes nativos de Milpa Alta, algunas de estas palabras ya están en desuso.

Nonantzin con su retoño Ixcatzin

«Cierto día estaba en cuclillas Nonantzin, cerca del tlecuil, con el calor de los tenamaztles avivados por el fuego de los meziotes. Se dirige a Ixcatzin, el xoco de la familia.

—¡Mi chilpayate, acércate al metate¡ Mira cómo muelo el cintli con la ayuda del metlapil, te estoy preparando los tlaxcales, mañana tlacoyos con yetl y salsa de molcajate con la ayuda del tejolote, ¿Cómo se te antoja? con tomates, jitomates o con xoconostles.

»—¿Te veo chipil? ¿Fuiste a la milpa por las calabazas, los chayotes, chiles, tomates para el mulli? Recuerda que las tlacualeras lo llevarán  a la milpa donde el maíz ya está xiloteando. Está cerca del Yeteco, por el Teuhtli, donde viven las ardillas y tuzas, tlacuaches y los tochtli que se esconden entre los magueyes y nopales.

»—Desde lo alto del Tehutli, admira su cráter, ahí recordarás a los Cuauhpatlapanque,  quienes realizaban las ceremonias cosmogónicas. A lo lejos disfruta del monte, con el Yeyecatepetl, Tetzacuatl, Copizco, Peripitillo,  Cuahtzin, Tecmalao, Tecahuazac, el Ocotecatl, y allá en lo más alto del Chichinautzin se encuentra el Tláloc. En todo este verdor, en sus entrañas de la época de lluvias, encontrarás oconanacatl, noxtamalayo, pelenacoxtles, entre otros nanacatl (hongos) comestibles. Al norte, las lagunas de Xico, al oriente las chinamperías de Tetelco y Mixquic, resguardados por los ahuehuetes. Alrededor del Teuhtli, rumbo al Chichinahutzin, se admiran los pueblos originarios del Señorío de Malacaxtepetl Momochco. Allá, a los lejos, el Ayauquemetl, que colindamos con Ayotzingo.

»¡Apúrate chamaco, que estás chamagoso! Entra ya al temazcal, que a la puesta de Tonathiu nos vamos al huateque, ponte tus huaraches, yo luciré mi quechquemetl y chincuete.    

»—Ixcatzin agacha la choya,

»Le dice a Nonantzin.

»—Me duele la choya, el cogote y carcañales, dame un poco de agua con estafiate, ¿Será porque comí tacos de xocoyol y se me atoró en el gaznate?

»Nonantzin amuinada le dice:

»—¡Chamaco! No me chantajees o te doy con el xilacaztle, ahí donde tienes chincual. ♦

_____

Tema expuesto en El 3er Foro Cultural Náhuatl, Tlacotenco 2025, con el desfile de huehuenches y chinelos, celebrado el 24 de abril.

_____

* Presidente del Consejo de la Crónica de Milpa Alta. Secretario de Cronistas Cabildos de la Ciudad de México.

______

Fotografía superior: Chinelos. mxc.com.mx

Deja un comentario