El Tláhuac de los 80 y las obras con las que se quiso darle aire ‘provinciano’

• Un delegado que fascinado por la bella región, emprendió la tarea de dotar a Tláhuac de su aire provincial

La administración del delegado de Tláhuac, Homero Díaz Córdova (1982-1984), se significó por la remodelación urbana que llevó a cabo tanto en San Pedro Tláhuac como en los alrededores, la que costeó con parte del presupuesto de los 885 millones de pesos que ejerció en 1983.

«La existencia de una magnífica vista urbana no tiene que ser necesariamente un don generoso de la naturaleza, como lo demuestra la remodelación de Tláhuac, en donde las obras están en armonía con la belleza natural», dice el pie de foto original
«Funcional y hermoso paseo campestre donde la población descansa y se divierte», decía el pie de foto. Esta construcción fue convertida en oficina años después y en la actualidad ya no existe. Se encontraba frente al Lago de los Reyes

En suplemento especial y a todo color de la revista Siempre! de la época, se pondera la «ejemplar transformación urbana de la provincial Tláhuac», al apuntar que dentro del medio natural de la cuenca del Valle de México, «destaca una bella región ubicada en el todavía disperso sureste».

«Pobladores y autoridades delegacionales trabajan unidos para el progreso»

Se trata de «una zona que es ejemplo de participación ciudadana en el Distrito Federal, por su alto espíritu de mejoramiento y solidaria actitud en el progreso de la comunidad»; de lo contrario –dice el texto de la publicación especial– no se puede explicar «la transformación urbana que sus pueblos y barrios registran, como consecuencia del esfuerzo unido que pobladores y autoridades delegacionales emprendieron».

«Uno de los viveros de donde salen los pies para reforestar la zona»

La autodefinición de Tláhuac (sic) por hacerse llamar la «provincia de la Ciudad de México», salta a la vista «cuando uno entra en la jurisdicción y empieza a recorrerla». La remodelación urbana «conserva todo lo pintoresco de nuestra provincia, con las fachadas y calles adoquinadas, muy a la manera de la construcción mexicana colonial».

«Las autoridades delegacionales de Tláhuac están desarrollando un permanente programa de reforestación en toda su jurisdicción, en donde tiene una importante participación el ejército», dice el pie de foto original

Como «atractivo espacio», se lee en la publicación, «contiene mucha vida rural, tanto por sus cultivos, sus prados, pastizales y sus formas de habitación. Se hace evidente la adecuada utilización del espacio terrestre, lo que permitido establecer una racional relación entre el paisaje natural y su urbanización».

«Una de las nuevas industrias ubicadas en la zona, es la planta de alimentos para ganado»

Tras de comentar que es una zona que «está adquiriendo vida propia en el gran universo metropolitano», por lo que mantiene «estrechas relaciones con el mundo urbano del valle de México», se subraya que en Tláhuac se desarrolla «un buen urbanismo» debido a que «se crea lo moderno mejorando y ordenando lo existente».

«Dentro de la remodelación urbana hay importantes obras, como esta evocadora fuente»

Ejemplo de buen urbanismo fue en esa época el kiosco de la plaza central de San Pedro Tláhuac, al igual que ejemplo de gran belleza natural con agradable clima y saludable ambiente atmosférico fue el entorno del Centro Turístico de Mixquic que fue remodelado.

«El paisaje y el espacio forman un verdadero remanso de paz, como lo muestra este paraje», reza el pie de foto original

Pero además de hermosear la principal vialidad, en la gestión de Díaz Córdoba fueron construías las célebres «Marraneras», como parte de la implementación de un gran proyecto de cría de cerdos.

«Muy pronto Tláhuac será un gran productor de carne de puerto en el Valle de México», y para comprobar tal aseveración se mostró esta foto de las «Marraneras»
«Las instalaciones de las granjas porcinas son completas y muy higiénicas»

Ubicadas en la carretera que une San Francisco Tlaltenco con Santa Catarina Yecahuizotl, las «Marraneras» tuvieron cerdos por al menos unos cinco años, hasta que, como todo proyecto que debe ser operado en colectividad, terminó por fracasar ante la diversidad de intereses personales.

«En las granjas porcinas los pequeños cerditos son objeto de un gran cuidado»
«La cría de porcinos será una importante agroindustria ligada al mercado del DF», se aseguró entonces

El objetivo de que a corto plazo Tláhuac se convirtiera «en gran productor de carne de puerco en el Valle de México», se vio frustrado y las «Marraneras» –independientemente del fétido olor que despedían a causa de los desechos orgánicos de los animales a quienes pasaban por ahí–, en punto de referencia de trágicos accidentes automovilísticos.

«No cabe duda que paisaje y música son una real fiesta parta los sentidos»

Fue el tiempo en que el delegado Homero Díaz Córdoba contribuyó en el intento de cambiar la fisonomía rural de Tláhuac por una de ambiente provinciano con aire colonial, cuando la demarcación aún no era vista como la reserva territorial del entonces Distrito Federal, cuyas vastas extensiones de suelo agrícola pasarían a ser botín de operadores de nuevos partidos políticos, por lo que trajeron consigo legiones de necesitados de vivienda para asegurar la sobrevivencia de las organizaciones políticas con el sufragio de los recién llegados. ♦

Portada del suplemento de la revista Siempre! de 1983

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