Ex Convento de San Bernardino de Siena, entre basura y ambulantaje

• Las instituciones involucradas para la preservación del Centro Histórico de Xochimilco nada han hecho por preservarlo, escribió en 2001 el cronista Rodolfo Cordero López

Por Rodolfo Cordero López | Revista Nosotros, Núm. 36 | Marzo de 2001

La declaratoria que a través de la Unesco hizo la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural y el Comité del Patrimonio Mundial el 11 de diciembre de 1987, con lo que posible la inscripción al Centro Histórico de México y Xochimilco en la lista del Patrimonio Mundial dice lo siguiente:

«La inscripción en esta lista confirma el valor excepcional y universal de un sitio cultural o natural que debe ser protegido para el beneficio de la humanidad», responsabiliza al Instituto Nacional de Antropología e Historia, al Departamento del Distrito Federal (hoy Gobierno del DF) y a sus delegaciones (la de Xochimilco), además del INBA y la transformada Sedue. Sin embargo, aquellas instituciones nada hicieron por la protección de la zona Chinampera y el Centro Histórico de Xochimilco.

Hablamos de mil 130 hectáreas de chinampas que hasta la fecha se siguen destruyendo, invadiendo y arrasando por intereses de grupo y de partidos políticos. Y del Centro Histórico sus monumentos prehispánicos y coloniales, que tanta distinción dieron a la primigenia familia xochimilca, tanto como al puñado de frailes franciscanos difusores del evangelio en el siglo XVI, han recibido un total desprecio.

La declaratoria de la Unesco dice además que:

«Actualmente Xochimilco posee las características de las estructuras urbanas y rurales definidas desde el siglo XVI, y durante el período virreinal: una traza regular apoyada también en este caso en las chinampas, formando 17 barrios indígenas o calpullis con sus capillas en torno al gran convento y la plaza centrales».

Muy a pesar de la declaratoria de la Unesco y varios decretos presidenciales promulgados para proteger a Xochimilco, las autoridades indicadas, día con día lo llenan de basura por el ambulantaje comercial y los invasores de tierras, dañando gravemente el acervo cultural de Xochimilco.

En cuanto al entorno del gran convento de San Bernardino de Siena, éste luce descuidado en su conjunto arquitectónico, sin luz eléctrica su arbolado atrio e invadidas por comerciantes sus aceras. Cabe subrayar que ahí un puñado de franciscanos se distinguió en la crónica de la Nueva España, nombremos solamente a unos, sin el menosprecio a los que usaron el púlpito para la difusión de su credo que habría de transformar el pensamiento religioso de olos sobrevivientes a la destrucción de Xochimilco y de México~Tenochtitlan: fray Martín de Valencia, cabeza de los primeros franciscanos llegados a México; fray Francisco de Soto, activo constructor de la nave principal de la parroquia de San Bernardino de Siena; fray Bernardino de Sahagún, autor de la obra Historia General de las Cosas de Nueva España; Jerónimo de Mendieta, autor de la obra Historia eclesiástica indiana; Agustín de Vetancurt, autor de Teatro mexicano, y fray Juan de Torquemada, autor de la obra Monarquía indiana.

De fray Juan de Torquemada tomamos de su importantísima obra volumen (7 volúmenes, edición de la UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, 1983, pp. 549 a 553) las páginas históricas del monumental acervo documental de la parroquia episcopal de San Bernardino de Siena, Xochimilco, DF, agraviada por el falso populismo de las autoridades delegacionales eclesiásticas.

«Ahora, domingo a 30 del mes de marzo de 1597 años

»Baltazar Deloya, su mujer María Salomé, su hijita que tiene su nombre, pertenecen a Caltonco el grande, su compadre Andrés Velásquez, su esposa de éste Ana Petronila, pertenecen a Caltonco el grande.

»Pedro de Santiago, su esposa, Juana Verónica, su hija, llamada Dominica, pertenecen al tecpan de Colhuacatzinco, su compadre Francisco de San Juan, su esposa Magdalena, pertenecen a Matlacalco.

»Mateo de San Melchor, su esposa María Salomé, su hijo Baltasar, pertenecen a Tlatechi, comadre Ana Dominica, pertenecen a Tlaxquapan.

»Lorenzo, su esposa Martha María, su hija llamada María, pertenecen al tecpan de Colhuacatzinco, su comadre pertenece a Tlacoxiuhco.

»Lorenzo Ytecui, su esposa Francisca Xocoyotl, su hija llamada María, pertenecen a Huitzilhuaca, su compadre Francisco de San Antonio, su esposa Cecilia Juana, pertenecen a Analco.

»Gaspar de San Miguel, su esposa María Salomé, su hijito llamado Miguel, pertenec4en al tecpan de Xaltoca, su compadre Buenaventura de San Francisco, su esposa María Salomé, pertenecen al tecpan de Xaltocan.

»Francisco de Santiago, su esposa María Francisca, su hijito llamado Francisco, pertenecen a Tenantitla, su compadre Hipólito de San Juan, su esposa María Cecilia, pertenecen a Xihuitoco.

»Agustín Xuárez, su esposa Magdalena, su hijito llamado Juan María, pertenecen a Ollac Analco, su compadre Antonio Sebastián, su esposa María Bernardina, pertenecen a Ollac Analco».

Fray Juan de Torquemada. ♦

Portada número 36 de la Revista Nosotros correspondiente al mes de marzo de 2001

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