Templo y exconvento de San Andrés Apóstol en Mixquic, donde está Mixquixtli
Cuando camine por Mixquic el primer sitio a donde debe encaminar sus pasos es hacia el templo y ex convento dedicado a San Andrés Apóstol, el monumento histórico más atractivo del lugar por su belleza arquitectónica, de tipo romano, edificada en el año de 1537 por los frailes agustinos.
Fue erigido, como casi todas las construcciones de su tipo a la llegada de los europeos, sobre lo que fuera el teocalli del señorío mixquica. Al parecer, un temblor derrumbó la iglesia y sólo permaneció en pie la torre del campanario.
Una vez reconstruida hacia el año de 1600, la torre del campanario permanece tal y como la vemos en la actualidad, pero separada de la torre del primer templo. El trabajo realizado se efectuó con influencias dominicas, en cuya fachada se encuentran cinco nichos vacíos y un ojo de buey, a lo que se agregó como remate un moderno reloj. Cuenta también con tres naves estilo dórico, una columna central y cuatro pequeñas en su interior.
En su cúpula aún se conservan vestigios de piedra relabrada, así como un retablo barroco confeccionado en oro de 23 kilates. En la sacristía se encuentra un pequeño cuarto en cuyo interior está una pila bautismal que era utilizada como monolito prehispánico, el cual conserva relieves indígenas. Algunas personas creen que dicha pieza era utilizada como oráculo en el cual se colocaban los niños recién nacidos y de acuerdo con la posición de tomarla sería su destino.
Alrededor de la iglesia se encuentra el panteón, escenario del alumbrado de los fieles difuntos.

Vestigios arqueológicos
Mixquic cuenta con una de las zonas arqueológicas prehispánicas más importantes de la región. A un costado de la iglesia, y en parte de lo que fuera el ex convento, se encuentra un Chac Mol, el mensajero de los dioses, el cual parece ser la prueba palpable del origen tolteca de esta población.
La escultura se encuentra flanqueada por dos aros de juego de pelota, rito ceremonial en el que los guerreros capturados eran sacrificados en honor de la diosa de la vida y la muerte: Mixquixtli, cuya figura ocupa un lugar separado de los anteriores vestigios. Sobre una columna se sostiene y a sus pies se pueden ver cráneos y, más abajo, una representación de un entierro. Mide metro y medio de altura y tiene dos rostros, uno representaba la vida y, el otro, descarnado, la muerte. Tiene una cavidad poco más arriba de lo que es la cintura en la que se cree eran depositados los corazones de los guerreros sacrificados.
Por la presencia de la diosa y el culto que se le rendía, hay quienes afirman que el vocablo Mixquic significa lugar de muertos.
En el panteón fue edificado, con piedras esculpidas, una representación del Tzompantli, lugar que era utilizado en la época prehispánica para colocar los cráneos de los guerreros sacrificados.
Hasta hace poco era el sitio en donde algunas personas depositaban los restos encontrados en las tumbas al momento de enterrar a otra persona.
Fue en 1992 cuando se construyó un nuevo altar con piedra esculpida en forma de calavera. ♦


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