México, inmerso en acelerado proceso de envejecimiento demográfico

• El envejecimiento se está produciendo con tal rapidez que a México le tomará menos de la mitad del tiempo que requirieron las sociedades más envejecidas de hoy para alcanzar esa situación: Elena Zúñiga

El tema del envejecimiento de la población mexicana fue abordado por la secretaria general del Consejo Nacional de Población, Elena Zúñiga Herrera, en el ciclo de conferencias «Los adultos mayores: Retos y oportunidades», celebrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en la Ciudad de México el 27 de octubre de 2004.

«Es para mí un honor darles a todos ustedes la más cordial bienvenida a la última sesión del ciclo de conferencias ‘Los adultos mayores: retos y oportunidades’. Es un evento que ha sido organizado conjuntamente por nueve instituciones, tanto del sector académico como de la administración pública federal; todas ellas aquí representadas, y a quienes agradezco sus invaluables contribuciones y decidido apoyo.

»Este ciclo de conferencias se constituyó en un espacio para el intercambio de experiencias, análisis, reflexiones y recomendaciones de políticas y estrategias de atención.

»Recibimos las aportaciones de un nutrido número de expertos de distintas disciplinas y ámbitos de acción, quienes participaron como ponentes, comentaristas y asistentes activos a las cinco conferencias que precedieron a la que hoy nos reúne. El número total de participantes durante las jornadas del ciclo se elevó a más de 500 personas. Es una cantidad que da cuenta del creciente interés que el envejecimiento demográfico de México, y en particular la situación de la población adulta mayor, está adquiriendo en las distintas esferas de la vida nacional.

»El envejecimiento de nuestra población es, sin duda, uno de los temas de mayor relevancia en los debates sobre población y desarrollo de la actualidad. México está inmerso, de manera inevitable, en un proceso de envejecimiento demográfico cuya intensidad va a acelerarse en las próximas décadas. Es un proceso que experimentan todas las naciones del mundo, pero en la nuestra  adquiere relieves sobresalientes por la escala que alcanzará este fenómeno, por los plazos en extremo breves en que tendrá lugar, y porque se inicia en condiciones en las que aún nuestro desarrollo presenta enormes rezagos y profundas disparidades sociales.

»Como se ha puesto de relieve en este foro por algunos de los especialistas, el envejecimiento se está produciendo con tal rapidez que a México le tomará menos de la mitad del tiempo que requirieron las sociedades más envejecidas de hoy para alcanzar esa situación. Lo que aconteció durante más de un siglo en muchos países desarrollados, en México lo vamos a experimentar en menos de cuatro décadas.

»Como también ha sido subrayado en este ciclo de conferencias, la población de 60 años o más multiplicará por cinco su tamaño en tan sólo cinco décadas. Pasaremos de 7.9 millones de adultos mayores en 2004, a 36.2 millones en 2050, mientras que la población nacional aumentará en una cifra que es, en términos relativos, dieciséis veces menor. Se prevé que las tres cuartas partes de dicho incremento, equivalente a 28.3 millones de adultos mayores, tendrá lugar a partir del año 2020, por lo que México sólo cuenta con menos de dos décadas para trazar y poner en práctica las respuestas institucionales y sociales oportunas y efectivas que demanda ese desafío demográfico.

»Debemos comenzar por reconocer que el envejecimiento de la población se explica por un extraordinario progreso cualitativo en la vida humana, resultado de continuos y múltiples logros sociales que, a partir de hace seis décadas, han alcanzado los hombres y mujeres de México.

»Asimismo, el envejecimiento simboliza el triunfo de un proyecto de nación que vislumbró la necesidad de garantizar el derecho de las personas a gozar de una vida larga y saludable, y a decidir sobre su reproducción. De esta manera, la combinación de una esperanza de vida cada vez mayor y de una fecundidad en continuo descenso ha provocado un aumento significativo de la edad media de la población y una proporción ascendente de los adultos mayores.

»No debemos ver el envejecimiento poblacional como un ominoso problema social. Sólo se convierte en problema cuando se acompaña de pobreza, enfermedad, discapacidad y aislamiento, y cuando los organismos públicos y económicos carecen de flexibilidad, de visión y compromiso para adaptarse a las demandas que trae consigo.

»Es también un problema si continuamos reproduciendo estereotipos peyorativos de la vejez, o la creencia de que en esta etapa de  la vida las personas son incapaces de contribuir al desarrollo de la sociedad.

»Pero también es cierto que concebir el envejecimiento como un resultado positivo y como la promesa de una vida plena, sólo será posible si somos capaces de encarar con oportunidad y eficiencia los desafíos de gran complejidad que este fenómeno plantea.

»Hoy en día, los adultos mayores constituyen un segmento de la población que a menudo enfrenta una situación precaria o de insuficiente satisfacción de sus necesidades. Ello se expresa en los elevados porcentajes de personas que continúan trabajando hasta edades avanzadas, en su concentración en empleos precarios y de bajos ingresos, así como en el reducido porcentaje que cuenta con pensiones o servicios de seguridad social.

»Cabe recordar que actualmente sólo uno de cada cinco personas de 60 años o más goza de una pensión o jubilación. Este indicador podría incluso reducirse en los próximos años de continuar estancado el crecimiento del empleo formal que se ha registrado en las últimas dos décadas, con la consecuente reducción de la población que cotiza en los sistemas de seguridad social.

»Frente al proceso de envejecimiento de la población, se destacó en diferentes jornadas del ciclo de conferencias, la necesidad de instrumentar, de manera urgente, las medidas que permitan asegurar la viabilidad y el equilibrio financiero de la seguridad social, ampliar la cobertura de dichos sistemas, proveer pensiones dignas y suficientes, y buscar alternativas de asistencia social viables para el nutrido grupo de población que se encuentra al margen de estos sistemas de protección. Sólo así se podrá avanzar hacia formas más sólidas de equidad, justicia y cohesión social.

»En este foro se destacó también la necesidad de impulsar medidas que garanticen opciones laborales y que contrarresten la creciente exclusión que la lógica económica impone a las personas en edades avanzadas. La revisión de algunas experiencias exitosas dio cuenta de los beneficios y la viabilidad de iniciativas de este tipo.

»El envejecimiento de la población traerá consigo mayor presión sobre los sistemas de salud. El solo incremento numérico de las personas mayores, y su mayor sobrevivencia a edades avanzadas, con certeza aumentarán el número de ellas que experimenta alguna patología o discapacidad, lo que elevará sensiblemente los costos de la atención y hará más difícil la sustentabilidad financiera de las instituciones de salud.

»Además de sistemas alternativos de seguridad social para ampliar el acceso a la salud de los sectores desprotegidos, habrá que emprender acciones decididas de promoción y prevención de la salud desde muy temprano en la vida de las personas. Este tipo de acciones podría jugar un papel preponderante en la promoción de una vejez activa y saludable, que contribuiría a transformar la concepción negativa que prevalece actualmente sobre este periodo de la vida.

»Como se subrayó en este ciclo de conferencias, el envejecimiento afecta de manera desigual a hombres y mujeres. En estas últimas la vejez es una experiencia que se vive por tiempos más prolongados y se acompaña con mayor frecuencia de enfermedades y discapacidad. Las mujeres tienen, además, un menor acceso a los sistemas de seguridad social y de jubilación, lo que las hace más dependientes de los lazos de apoyo y solidaridad que puedan brindarles sus familiares.

»Como también se señaló en el presente evento, muchas familias se convertirán en fuente exclusiva de apoyo a los adultos mayores, lo que indica la necesidad urgente de diseñar mecanismos y estrategias de atención a este tipo de hogares, particularmente a los que se encuentran en situación de pobreza y a los que albergan a personas con discapacidad.

»El reto de la política de población de colocar al ser humano en el centro de las preocupaciones de las políticas públicas adquiere un sentido de urgencia ante el envejecimiento de la población. Como se ha dicho, las tendencias que nos anuncian con gran claridad los hechos demográficos de hoy en día nos exigen replantear la naturaleza,  funcionamiento y organización de muchas de nuestras políticas e instituciones sociales. Nos encontramos en un momento histórico en el que más que nunca es necesario observar los fenómenos demográficos e integrar esta perspectiva en nuestra concepción del desarrollo y del futuro del país.

»Hago votos porque espacios de reflexión y análisis, como el que nos brindó este ciclo de conferencias, continúen. La experiencia de un diálogo abierto y crítico entre legisladores, académicos de diversas disciplinas, funcionarios públicos, activistas sociales, comunicadores y adultos mayores ha sido sumamente rica, tanto en el diagnóstico como en las propuestas.

»Sin embargo, también nos ha dejado claro que la discusión apenas comienza. Son muchas las preguntas que falta por responder y muchos los acuerdos que hay que alcanzar para poner en práctica políticas efectivas que nos permitan enfrentar los complejos retos que hoy vislumbramos.

»Muchas gracias». ♦

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