No hay duda. Visitante interestelar 3I/Atlas es un cometa natural
Astrónomos de todo el mundo concluyeron en que el nuevo visitante interestelar 3I/ATLAS es «un cometa natural con una trayectoria hiperbólica, un brillo inusual y una composición que ofrece pistas sobre la formación de sistemas planetarios más antiguos que el nuestro».
Desde su descubrimiento, ocurrido el pasado mes de julio, una serie de hipótesis acerca de su naturaleza y procedencia circularon por las redes sociales, mismas que carecieron de sustento científico.
Pero tras las pormenorizadas observaciones de científicos del Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica Infrarroja, estos concluyeron que el 3I/ATLAS es un cometa natural, nacido hace unos siete mil millones de años en un sistema estelar remoto y expulsado hacia el espacio interestelar tras la formación de su estrella madre.
«Su estructura, su brillo y su comportamiento, encajan dentro de los parámetros esperables para un cometa, aunque con particularidades que lo vuelven excepcional», puntualizaron.
Su velocidad ronda los 60 kilómetros por segundo, casi el doble de la rotación de la Tierra, y su trayectoria es hiperbólica, lo que significa que no orbita alrededor del Sol, Se aproxima, lo rodea y se aleja para siempre. Luego de eso no volverá a pasar por nuestro sistema solar.
La conclusión de astrónomos de todo el mundo fue que no hay señales de propulsión, empujes ni maniobras artificiales.
Las variaciones en su brillo, las cuales fueron interpretadas por aficionados a la astronomía como «mensajes extraterrestres», se explican por los materiales volátiles del cometa, como son agua, metano y amoníaco, los que se subliman cuando reciben calor solar y eso hace que generen chorros de gas y polvo que modifican la luminosidad y el color de su coma.
De ahí el destello irregular visto a través de los telescopios, que no era otra cosa más que una reacción química natural ante la radiación de la estrella. ♦

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