«Tlahuilli», identidad Milpaltense. La letra náhuatl sigue viva, latente
Por Manuel Garcés Jiménez*
A 700 años de la fundación de la Gran ciudad de Tenochtitlan y a 500 años del asesinato de Cuauhtémoc (sobrino de Moctezuma), la Alcaldía de Milpa Alta sigue siendo el bastión y la fuente del conocimiento de la lengua náhuatl que hablaron los huey tlatoani, los pochtecas, los temachtiani y maceguales mexicas en todo el territorio conocido como Mesoamérica.
Al respecto, lingüistas, historiadores y antropólogos reconocen que en las diversas etapas de la historia de la alcaldía han dejado la semilla de la lengua materna para que no perezca en el presente y futuro ante las nuevas tecnologías de la ciencia ficción de la revolución de la inteligencia artificial (IA).
Tal es el caso de la investigación y publicación de los trabajos de don Carlos López Ávila, Inocente Morales Branda, Artemio Solís Guzmán y el maestro Librado Silva Galeana, entre otros, que están presentes en la memoria de los milpaltenses ligados con relatos, la vida cotidiana, conocimientos de vida, el nombre de parajes, pueblos y barrios (calpulli).
Todas estas personalidades merecen nuestro afecto, cariño y respeto, haciendo una excepción al maestro lingüista Librado Silva Galeana por su investigación, estudio y publicación Huehuehtlahtolli que se distribuyó en el país con 15 mil ejemplares en pasta dura y 600 mil con pasta rustica, editados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Además del Diccionario del Náhuatl en el Español de México, que circuló masivamente en el territorio nacional bajo la coordinación de Carlos Montemayor, con un tiraje de 100 mil ejemplares editado por el gobierno de la Ciudad de México y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De voz propia comentó el maestro Librado Silva que el autor intelectual fue él, quien por disposición del doctor Miguel León Portilla le cede los derechos a Carlos Montemayor. Como muestra fehaciente aparecen en el texto un 80% de palabras del lenguaje común y expresiones de los habitantes de los pueblos de Milpa Alta.
A pesar de todo, lo interesante es que la letra náhuatl sigue viva, está latente en las nuevas generaciones a través de diversos textos como el libro bilingüe Tlahuilli,que aparece en el marco de la Quinta Convocatoria de Creación Literaria en Lengua Náhuatl, promovida desde el año 2022 con Flor Soledad Hernández y Juan Carlos Loza Jurado.
Al respecto, en la solapa de los dos libros empastados en uno nos resume el objetivo que se pretende en su publicación: «Ante la fuerte amenaza de extinción de la lengua nativa de los pueblos sureños en la Ciudad de México es de gran importancia visibilizar, difundir y reconocer a las personas hablantes-creadoras en lengua náhuatl, quienes nos comparten su visión, sentir y pensar en una de las lenguas indígenas que contribuyen a la riqueza y diversidad lingüística de México».
En ambos libros se goza su contenido, se aprende de las narraciones en cuentos, mitos, leyendas, expresiones populares de los habitantes de los 12 pueblos originarios en náhuatl y su traducción, temas que fueron elegidos por un jurado calificador bilingüe que estuvo integrado por excelentes profesionales en la lengua materna: los doctores Ignacio Silva Cruz, José Abraham Méndez y el maestro Javier Galicia Silva, con prólogo de Ignacio Silva Cruz e interesante diseño de forros de Víctor Manuel Elizalde Ríos, con los relatos que nos trasladan al pasado cuando la agricultura era tradicional y temporal.
Todos los temas me fascinaron, principalmente los narrados por don Hilarión Morales y Joel Castor, quienes hacen énfasis en los nahuales, interesante tema ya que, hoy en día, se comentan en los barrios de Panchimalco en San Pedro Actopan en San Mateo de Villa Milpa Alta y el pueblo de San Antonio Tecómitl, lugares donde los abuelos los mantienen latente con las travesuras que realizaban estos seres.
Tres relatos de la antigua tradición se relata la vida cotidiana de los campesinos en la época lluvia con la búsqueda de hongos en el monte donde el xoletero llamado Cosme, durante la búsqueda cae dentro de una cueva sagrada al inframundo donde encuentra las flores relacionados con Xóchitl.
La segunda narración nos lleva al momento en que el terreno de sembradío de papas carranciadas por un náhuatl quien lo comprueba quedándose a dormir hasta verificar que efectivamente existen estos seres.
Otra narrativa es del señor Joel Castro, sucedido a finales de la revolución mexicana, donde encuentra un amigo del pueblo de San Antonio Tecomitl a quien confiesa que él es un náhuatl demostrándole convertido en un enorme perro blanco que lo traslada al pueblo de Yautepec, Morelos, lo cual queda admirado y a la vez perplejo de que sí existen los nahuales. ♦
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Bibliografía:
Tlahuilli 2021-2022, Atoltecayotl Ediciones.
Nota: Este libro se presentó el 14 de noviembre de 2025 en el Museo Regional Altepepialcalli.
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* Presidente del Consejo de la Crónica de Milpa Alta.

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