Ejidatarios de Tlaltenco toman tierras que aseguran les pertenecen

• La Tabla de los Ranchos fue vendida de manera ilegal en 1995 por ex comisarios ejidales a fraccionadores que quieren construir ahí unidades habitacionales [Nota de 2002]

Por Sergio Rojas | Revista Nosotros Núm. 45 | Enero de 2002

Con el apoyo de Humberto Serrano, diputado priista conocido por promover invasiones en el territorio nacional, 775 ejidatarios de San Francisco Tlaltenco tomaron posesión de las tierras del predio conocido como Tabla de los Ranchos la tarde del viernes 11 de enero, lo que ocasionó intensa movilización policíaca a cargo de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Policía Judicial, del Distrito Federal.

Dichos elementos solamente se mantuvieron a la expectativa ante la acción de quienes aseguraron que dichas tierras del ejido les pertenecen, aun cuando fueron vendidas en 1995 por supuestos intermediarios al matrimonio conformado por Ángela de la Rosa Valgañón e Ildefonso Miramón Vargas, de Zapotitlán, en la delegación Tláhuac, y a quienes se les atribuye la propiedad de varias unidades habitacionales que han sido construidas de un tiempo a la fecha.

La invasión del predio comenzó a las cuatro y media de la tarde, luego de que advirtieron la presencia de una cuadrilla de trabajadores que introducían materiales de construcción así como maquinaria, como para dar inicio con la construcción de viviendas.

Tras de señalar al ex presidente del comisariado ejidal Antonio Méndez Méndez, así como a quien apenas en octubre pasado había sido elegida para ocupar dicho cargo, Beatriz Mancilla Mancilla, de ser manipulados por quien –dijo– «es el cacique del ejido», Gorgonio Méndez Galicia, la dirigente del movimiento reivindicatorio de los ejidatarios de Tlaltenco, Reina Álvarez Castañeda, aseguró que primero se vieron en la necesidad de apoderarse de las instalaciones del comisariado en Calle Paseo Nuevo para exigir cuentas al anterior líder y a la recién destituida dirigente, a quien acusó de «haberlos traicionado» y, posteriormente, a recuperar sus tierras ubicadas a un costado de la Avenida Estanislao Ramírez.

«¿Cuánto porque se salgan?»

Según indicó, la misma tarde en que tomaron posición del predio, Ildefonso Miramón se presentó en las Tablas de los Ranchos para platicar con ella. «Me dijo que cuánto era lo que quería porque nos saliéramos, le respondí que nosotros no teníamos precio y que la respuesta sería en todo caso la decisión unánime de los ejidatarios. Se fue molesto porque decidimos no aceptar ningún negocio con él».

En el número 41 de la Revista Nosotros correspondiente al mes de septiembre (columna Mercado Sobre Ruedas) fueron presentados los antecedentes del caso.

Antonio Méndez Méndez fue acusado por el Frente Progresista de Tlaltenco de ser manipulado «por un cacique y un grupo de personas que dicen ser profesionistas, quienes lo único que desean es construir fraccionamientos en tierras ejidales». Según esto, distintos permisionarios fueron sorprendidos por gente cercana al comisariado ejidal cuando estos le pidieron dinero y no les entregaron ningún comprobante ni recibo, en dirtud de que entonces se realizaba un parcelamiento privado (necesario para poder efectuar la venta de las tierras), por lo que Méndez Méndez y su gente fueron demandados ante el Tribunal Unitario Agrario del octavo distrito en Calle Orizaba 34, Colonia Roma.

Pero, ¿quiénes vendieron las tierras del ejido de Tlaltenco?

Reina Álvarez Castañeda responde: «Fueron Rubén Valdez, Octavio Valdez, don Genaro Torres, don Gilberto (…) y muchos más que fungieron como intermediarios y se me escapan de la memoria». Señaló que anteriormente esas personas «se dedicaban efectivamente a las labores del campo, pero ahora tienen empleos como cualquiera».

Ilegal, la venta de la Tabla de los Ranchos

De acuerdo con su testimonio, las tierras del ejido de Tlaltenco fueron vendidas de manera ilegal a una empresa constructora propiedad de la señora De la Rosa, debido a eso el entonces comisariado ejidal Méndez Méndez comenzó las gestiones en 1999 para que se realizara supuestamente el parcelamiento oficial del ejido, aunque todo resultó ser falso. «A los ejidatarios Antonio Méndez les cobró $1,024 pesos, mientras que los posesionarios $7,024 pesos; a él y a Beatriz Mancilla les interesaba que se llevaran a cabo el parcelamiento para poder entregar la Tabla de los Ranchos».

«De ahí que no hayamos tenido otra opción mas que la de tomar posesión de las Tablas para poder salvarlas. No tuvimos otra alternativa, porque las autoridades no nos resuelven nada», explicó.

A decir de Reina Álvarez, han visitado a distintas autoridades como el Procurador Agrario, pero no se ha resuelto nada, el parcelamiento continúa. «El pasado siete de enero estuvimos con el diputado local Humberto Serrano, y él nos abrió las puertas para que platicáramos con el secretario de la Reforma Agraria».

No queremos que Miramón venga a urbanizar

«Aún tenemos esperanzas de que con este movimiento el parcelamiento se suspenda, porque su realización nos perjudica más que beneficiarnos», dijo, para luego resumir el objetivo central de la lucha: «Estamos en contra de que Ildefonso Miramón venga a urbanizar nuestras tierras, de que venga a construir un complejo habitacional. Aquí se lo dijimos, no queremos casas habitación. Si se llega a dar el cambio de uso de suelo preferimos que esto mejor beneficie a los ejidatarios».

Acerca de la posibilidad de que quieres compraron la Tabla de los Ranchos puedan tener el apoyo de la autoridad, Álvarez Castañeda expuso que «si a él le vendieron entonces debe tener un papel, tal vez de la gente a la que le dio el dinero; sin embargo, estas tierras son del ejido, son ejidales, y para que exista una venta debe de haber una asamblea previa. A nosotros nunca se nos tomó en cuenta cuando se realizó esa venta en 1995, y Miramón tampoco nos tomó en cuenta sino hasta ahora cuando se le ofreció conseguir en la delegación el cambio de uso de suelo».

Pagaron 25 mil pesos a los ejidatarios

En tanto que José Rosales, otro portavoz de los ejidatarios, a éstos les compraron sus títulos de propiedad en 25 mil pesos. «Las personas de la tercera edad fueron las más perjudicadas porque las hicieron vender bajo engaños, les pagaron entre 25 y 50 mil pesos y en partes. Cedieron de buena fe sus títulos a los comisariados que estaban en el cargo y confiaban en ellos como sus representantes. Pero los intermediarios, comisariados y representantes de los ejidatarios, compraron los títulos de propiedad de e4stos en 25 mil pesos, en abonos, y ganaron en la operación 200 mil pesos, se llevaron la mayor parte de la tajada porque ellos hicieron el trato directo para la venta, no fue con Miramón», refirió.

Guarecidos de la pertinaz llovizna y del fuerte viento en un cuarto de tres por tres metros, con techo de plástico que un ejidatario sostiene en alto apoyado por un palo para que el agua corra hacia los extremos, una veintena de personas entre hombres y mujeres escucharon las declaraciones de sus representantes a la Revista Nosotros.

¿Buscan recuperar unas tierras que ya fueron vendidas?, se les preguntó.

«No, no se pueden perder porque no ha habido una asamblea de ejidatarios. Repito, para que pueda haber una venta legal antes debe haber una asamblea, por lo tanto, no existió dicha venta», dijo Reina.

Reco9rdó que en las elecciones del nuevo presidente del comisariado ejidal se efectuaron el 21 de octubre del año pasado; sin embargo, en su opinión también en esas elecciones hubo fraude. «Existe un cacicazgo que tiene nombre y es Gorgonio, él es quien manda a todos los representantes ejidales. Beatriz Mancilla Mancilla quedó como comisariado ejidal, pero ella participó en el parcelamiento, estuvo dentro de la comisión, por lo tanto ella sabe cómo está todo el manejo. Nosotros la pusimos para que nos defendiera como mujer, desgraciadamente no fue así, le llegaron al precio».

¿Con nuevo comisariado se normalizará la situación? ¿Qué va a pasar con Miramón?

«Él se va porque, mire, si los representantes ejidales quisieran realmente apoyar a los ejidatarios, sabrían que cuando alguien compra una tierra ejidal tiene 30 días hábiles para arreglar sus papeles, si no lo hace en ese lapso pierde todo derecho, y entonces los ejidatarios integrados en asamblea vuelven a recuperar sus tierras», explicó.

¿Cuánto tiempo van a permanecer en la Tabla de los Ranchos?

«El tiempo que sea necesario, hasta que se dé solución a todo esto. Hasta que no arreglemos la situación».

¿Y una vez arreglada qué sigue?

«Vendrá un proyecto, conforme a derecho. Mire usted, esta parte ya está rodeada por la mancha urbana, las Tablas automáticamente pasan a ser suelo urbano, sería lo último que se podría urbanizar de Tlaltenco, porque eso no se puede hacer en la otra parte que debe seguir siendo productiva, no olvidemos eso».

Alguien de los ahí presentes gritó: «¡Y para nuestros hijos!», a lo que Reina secundó. «¡Ah, sí!, y para hijos de ejidatarios».

Ejido, zona residencial

Recordó que cuando visitaron las oficinas del registro Agrario Nacional un guardia presidencial les dijo que esa parte del ejido de Tlaltenco ya estaba considerada como zona residencial, por lo que preguntó: «¿Cómo es posible que todos lo sepan menos nosotros?».

Con un dejo de consternación abundó. «Eso es algo preocupante, las autoridades lo saben y aun así dicen que no se puede urbanizar cuando es todo lo contrario. Por eso lo que pedimos es que se empiece ya a hacer justicia agraria, no es justo también lo que le están haciendo a los compañeros de Veracruz que tienen que andar encuerándose».

«Le dije al Jurídico Agrario que el DF se está levantando, se está calentando y se va a dar un golpe de estado, pero agrario, porque nadie ha hecho justicia. Usted no tiene idea de la cantidad de demandas que hay en tribunales debido a toda la serie de anomalías, pero nadie quiere hacer caso, nadie».

«Yo sí pediría que por medio de la Revista Nosotros el jefe delegacional de Tláhuac, Francisco Martínez Rojo, que sabe de legislación y derecho agrario, pues en verdad nos apoye. No se puede permitir la desaparición del ejido de San Francisco Tlaltenco», concluyó.

Consejo Agrario para el DF, propuso Claudia Sheinbaum

Al caminar por entre la tierra suelta y el humo de una gran fogata que prendieron los ejidatarios para protegerse del frío, es fácil detectar que en las 20 hectáreas de que consta la Tabla de los Ranchos hace mucho tiempo que dejó de sembrarse algo. Aun así los ejidatarios la reclaman como suya, para que si tarde o temprano va a ser urbanizada, es preferible que ellos lo hagan y así dejar un patrimonio menos volátil a sus hijos. Porque en efecto, muchos vendieron sus tierras, pero ya gastaron el dinero que les dieron por ellas y ahora hasta pagan renta por tener una casa dónde vivir.

Mientras tanto, el Bando 2 del jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador, dice que no se podrá construir ninguna unidad habitacional más en delegaciones como Tláhuac a fin de evitar el deterioro ecológico de la Ciudad de México. Ojalá y representantes de organismos, como el creado en marzo de 2001 y que anunció Claudia Sheinbaum, secretaria del Medio Ambiente, el Consejo Agrario del DF esté para «defender los núcleos rurales de las presiones de las grandes inmobiliarias que buscan apoderarse del suelo agrícola para seguir expandiendo la mancha urbana», se den una vuelta por el ejido de Tlaltenco, en la delegación Tláhuac. ♦

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